El momento propicio para el ebook: lo que está y lo que falta en las plataformas del libro electrónico

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Nubico, 24Symbols y Amazon Unlimited actúan desde hasta hace 10 años como «los spotify de los libros». Su oferta aún está en desarrollo.

Una paradoja: curiosear por el catálogo de Kindle Unlimited se parece a la experiencia predigital de ir a una librería de saldillo, de esas que tienen un fondo inmenso, caótico y no muy bien seleccionado. El lector renuncia a encontrar el libro exacto que busca, ha de armarse de paciencia y ver con ojos amables decenas de portadas anacrónicas. Novelas de Lucía Etxebarría, de Paulo Coelho y de Turgueniev, una biografía de Miles Davis y otra de Gardel, un libro que Santiago Abascal escribió cuando se fue del PP y otro sobre el Che Guevara. Aprenda management, la vida de Iniesta, Harry Potter, todo Stefan Zweig e infinitos thrillers autoeditados… Al final, siempre acaba por aparecer algo que puede estar bien.

Las plataformas de lectura digital con tarifa plana, los famosos «spotify de la literatura» llevan 10 años entre nosotros pero aún las percibimos como un invento reciente que está por consolidar. Entre otras cosas, porque Kindle Unlimited, el servicio de lectura de la omnipotente Amazon, parece un producto inacabado. Su oferta es amplia pero no muy rigurosa. Se nutre, sobre todo, de autores clásicos cuyos derechos de autoría están liberados, de novelas autoeditadas y de libros de no ficción fuera de temporada. J.K. Rowling es un aliciente en su catálogo, pero el autor que aparece por todas partes es Fernando Gamboa. La información está dispuesta con descuido y el algoritmo lleva siempre a los mismos títulos. Sus usuarios pagan 9,90 euros al mes, con un mes gratuito.

«Si Amazon no hace un producto más ambicioso es porque en EEUU no hay fe en estos servicios. Allí, la venta de los libros uno a uno funciona bien y no parecen necesarias las plataformas de lectura», explica un profesional del sector editorial. Por eso, este mismo año, el grupo Penguin Random House retiró sus fondos de este mercado. Justo ahora que el encierro parece el momento propicio para el libro electrónico. La semana pasada, el informe de la consultora Libranda calculó un incremento de la lectura en pantallas del 12,5% tras años de estancamiento.

«En realidad, las plataformas son un invento español que apareció como respuesta a una incidencia muy alta de la piratería», explican el mismo profesional. Es el caso de Nubico, el servicio de lectura que nació en 2013 por iniciativa del grupo Planeta y Telefónica, con 3.000 libros en su catálogo. Hoy ofrece 50.000 y 80 revistas. Su marca es un complemento disponible para los clientes de Telefónica y su tarifa plana cuesta 8,99 euros. ¿Qué tal el catálogo? La fortaleza de Nubico está en el respaldo de Planeta. Los autores de Seix Barral, Tusquets, Crítica, Destino, Espasa y demás están bien representados. Almudena Grandes, Fernando Aramburu y Juan Bonilla, Santiago Posteguillo, Megan Maxwell… ¿Miramos los Nobel recientes? Handke tiene tres títulos listados; Olga Tokarczuk uno; de Ishiguro, Modiano, Munro y Alexievich no hay nada… Si preguntamos por Vargas Llosa, el buscador sugiere libros de Manuel Puig, de Amos Oz, El infinito en un junco, Handke, Las estrellas de Paula Vázquez… La oferta de editoriales independientes no está mal.

Muy diferente es la historia de 24Symbols que nació en 2010, pero no desde el negocio editorial sino de la audacia de un ingeniero, Justo Hidalgo. Y eso se nota en que la página es ágil y está bien diseñada. «Tenemos 1,5 millones de libros en catálogo, sobre todo en español, en inglés y en alemán, porque son nuestros mercados», explica Isabel Blank, parte del equipo de 24Symbols. 1,5 millones son muchos libros pero no son todos. Ni los títulos de Penguin Random House ni los de su competencia, el grupo Planeta están en el escaparate. En cambio, todos los libros de Modiano en Anagrama están disponibles; de Alexievich se puede encontrar algo en inglés, no en español; Alice Munro no está; Tokarczuk y Handke sí… «Nuestro modelo de negocio empieza a basarse en los clientes corporativos, en las empresas que ofrecen suscripciones a sus empleados o sus clientes», explica Blank. Un dato más: 24Symbols entró en concurso de acreedores hace unos meses. «Es un proceso pactado que no nos impide estar al orden de pagos. Seguimos incrementando nuestro catálogo e invirtiendo».

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