La escritura a mano está en peligro

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No solo es una cuestión de romanticismo: escribir a mano estimula áreas del cerebro que el niño puede potenciar en la escuela

Los maestros de los últimos diez años cada vez ponen menos énfasis en una afinada escritura a mano en Primaria. Los cuadernos de caligrafía parecen asuntos del pasado.

La escritura con teclado está creciendo de modo imparable. En la escuela se sustituye la letra seguida por la letra con mayúsculas a la espera de que llegue el primer teclado.

Para muchos el hecho de que la letra tipográfica sea más sencilla de manejar y a la vez más práctica supone que en muchas aulas, en secundaria y sobre todo universitarias, se tomen las notas de clase solo de este modo. La raíz está en la preponderancia de las tecnologías digitales.

Siempre han existido libros, sin embargo el paso de la máquina de escribir clásica a los ordenadores supuso un salto importante. En concreto, con la llegada del portátil, el trabajo solo se archiva digitalmente y para muchos profesionales no tiene sentido conservar las notas manuscritas.

La tableta y el móvil de los últimos 10 años le han dado a la escritura a mano el golpe definitivo. Comienza el reinado de los mensajes de texto primero (SMS) y la invasión definitiva del texting a partir de las redes sociales tan asociadas al smartphone.

WRITING

Frente a los beneficios de la letra mecanográfica (inteligibilidad, rapidez, archivo, uso del procesador de textos, etc.), la letra caligráfica puede resultar un planteamiento romántico y poco útil.

Las consecuencias son variadísimas. Un primer efecto es la casi desaparición de las cartas manuscritas. De hecho los niños comienzan a enviar correos electrónicos a los Reyes Magos o a Papá Noël.  Las largas cartas encendidas de los enamorados dan paso a textos llenos de la limitada expresividad de los emoticones.

Pérdida de sutileza y psicomotricidad

La escritura a mano, los ejercicios de caligrafía, la expresión escrita, la redacción, las respuestas de los exámenes que exigen, para muchos profesores, una buena redacción, se están perdiendo.

Y se está perdiendo con este proceso una mano especializada, sutil, con una psicomotricidad fina y habilidosa, con el tono muscular suficiente para no solo escribir sino realizar un sinnúmero de tareas exigentes.

Los juguetes mecánicos y electrónicos han empujado a que la mano pierda especialización y muchos niños no pueden manejar unas pinzas, un destornillador, una aguja y un hilo.

Si no fuera porque existe Lego –permítanme nombrar una marca- el desastre sería aún más grande. A veces pienso que el maridaje entre Lego y la robótica es una pequeña esperanza.

En cualquier caso perder las potenciales habilidades de la mano puede dificultar tareas como la de ser un buen cirujano o un buen músico. Las artes plásticas, del tipo que sean, se pueden también resentir.

Qué dice la neurociencia

La neurociencia – y su herramienta la neuroimagen-, la biología, la anatomía,  el estudio de la psicomotricidad señalan la riqueza indiscutible de la escritura a mano frente la escritura en teclado.

Un artículo de la revista de divulgación online Aceprensa lo explica señalando que en la escritura caligráfica “entran en juego 12 áreas cerebrales y trabajan unos 30 músculos en conjunto y se activa en el cerebro la memoria motriz”.

Pero el utilitarismo ve solo resultados a corto plazo y la digitalización empuja fuerte. Entonces los niños de 4, 5 y 6 años, que están jugando poco y pantalleando mucho, ponen muy difícil el trabajo de los maestros.

Desde luego que es mucho más fácil arrastrar el dedo índice por una pantalla que dibujar con detalles qué ocurrió el fin de semana.

Se está constatando incluso la falta de destreza para sostener el lápiz, para manipularlo, para que el pincel o la pluma obedezcan a las ideas que manda el cerebro. La carencia de una coordinación motora madura en la mano se extiende imparable.

Y llegamos a la disgrafía –dificultad para escribir a mano- que ya ni es considerada en muchos lugares como una limitación: la solución está en el teclado. Y es que además el procesador de textos también resolverá la ortografía casi sin que el estudiante se dé cuenta.

Recuperar la letra caligráfica

Pero no todo está perdido.  La escuela está percibiendo déficits de atención cada vez más grandes, estudiantes con una alta incapacidad de focalizarse en una tarea determinada, la carencia de hábitos de esfuerzo para realizar trabajos exigentes, la distracción continuada que reduce la calidad de los procesos de enseñanza-aprendizaje.

Propongo una solución entre otras muchas: recuperar la escritura a mano. Y es que producir una letra caligráfica atractiva e inteligible exige un esfuerzo de atención, de concentración, de autorregulación considerable.

Recuperar la letra a mano supone potenciar la atención selectiva  y estar pendiente de numerosos detalles en juego: la coordinación viso-manual y el esfuerzo continuado por usar las palabras más adecuadas, cuidar la ortografía, etc. Y todo ello redunda  en un rico cableado cerebral.

No se trata de  estar en contra de los teclados y los avances digitales. El objetivo es que los alumnos  lleguen a estos avances cuando ya escriben muy bien con la mano, quizás en secundaria.

El estado de Texas, en los Estados Unidos, está restaurando la letra caligráfica en la educación primaria a tenor de las numerosas potencialidades positivas con que ésta cuenta.

La base de este regreso son unas investigaciones, que aún están por confirmar, pero que auguran que la escritura a mano podría estar facilitando las competencias que concurren en la escritura y la lectura.

Autor: Ignasi de Bofarull

Ver más en: https://es.aleteia.org/2019/04/26/la-escritura-a-mano-esta-en-peligro/

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