Argumento:
Eli y August Bell son dos hermanos, dos niños muy especiales. August dejó de hablar a los seis años y se comunica escribiendo en el aire con su dedo índice y con sus gestos. Eli es un observador nato y registra cada detalle. Les ha tocado vivir una infancia difícil, pero sobreviven con cierta felicidad. Su mundo es muy especial, como ellos, y el amor y la lealtad que les rodean serán su motor para desenvolverse en los duros momentos que les esperan.
Opinión:
Trent Dalton no ha podido tener un mejor debut como novelista. Apenas comienzas a leer su novela, piensas: a este escritor hay que seguirle. «El chico que se comió el universo» te cautiva desde la primera página. ¿Cómo va a ser de otro modo si, en el arranque de la historia, te cuenta que el mejor amigo del pequeño Eli Bell es el ex-convicto y famoso fugitivo Slim Halliday?
No solo es la historia, es cómo la cuenta. Su prosa está plagada de pequeños detalles y anécdotas que te transportan a una atmósfera colorida y auténtica. No sobra nada. Durante su lectura te encuentras realmente al lado de sus protagonistas. Su escritura es muy visual. De hecho, creo que sería una novela estupenda para llevar al cine.
Lo mejor de todo, sin duda, es el contraste entre los hechos desgarradores que se narran y las relaciones personales entre sus protagonistas. Hay verdaderos ejemplos de amor fraternal, maternal y paternal, de amor entre amigos, de auténtica lealtad. En algunos momentos de la narración se te encogerá el corazón, y en otros te sacará una sonrisa. Trent Dalton hilvana estos momentos a la perfección. Detrás de todo, reposa una ternura que te acerca tanto a sus personajes que nada te resulta ajeno. Sufres, ríes, lloras con ellos. No quieres parar de leer.
Es una novela muy completa tanto en la forma, como en el fondo. Un libro para recomendar y regalar, una de esas historias originales y bien escritas que se saborean de principio a fin y, tras la última página, dan por bien empleado tu tiempo.
Autor: Blanca Barbero
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