En momentos en que la literatura escrita por mujeres ofrece deliciosa cosecha, la biblioteca del Icpnaconvoca al Primer Encuentro de Escritoras Peruanas. Hay mucho por contar
Acostumbrada a optar siempre por la discreción y el bajo perfil, la poeta Rossella Di Paolo confiesa haberse caído de la silla tras recibir la llamada invitándola a recibir el homenaje del Primer Encuentro de Escritoras Peruanas, iniciativa de la Biblioteca del Icpna para dar a conocer los puntos de vista, opiniones y análisis de las mujeres en el ejercicio literario. Al inicio, ella pensó declinar, señalando que había otros autores que merecían tal reconocimiento, sea por edad como por calidad.
Sin embargo, ante la insistencia, la poeta cayó en cuenta de sus 59 años bien vividos. Di Paolo comenta divertida que siempre se había visto a sí misma como una estudiante y, sin embargo, cuando los jóvenes del Icpna la entrevistaban tratándola de «usted», le hicieron darse cuenta de la gravedad de convertirse en una persona mayor. La noche del sábado 30 de marzo, Di Paoloestará acompañada por tres buenas amigas que disertarán sobre su poesía: Susana Reisz, Rocío Silva Santisteban y July Solís.
¿Dejar de ser un escritor joven significa asumir cierta responsabilidad? La poeta duda: «Creo que la responsabilidad la asumes en el instante en que alguien te pide una opinión sobre su libro, o te pregunta qué significa ser un poeta. Y como siempre me lo han preguntado, no veo la diferencia. Nadie está aquí llevando ninguna bandera».
La generación poética a la que Di Paolo pertenece irrumpió en la escena de los años 80 con una voz muy diversa. Sin embargo, para la autora, lo que más les llamó la atención a los críticos hombres de la poesía escrita por mujeres fue la forma en que abordaron el tema de la sexualidad. «Les sorprendía que las mujeres tuvieran deseo y cuerpo. Su sorpresa fue producto de una mentalidad cerrada», dice.
Di Paolo recuerda aquellos años con alegría, aunque acepta que había algo extraño en ese reconocimiento dentro del gueto femenino. «Si yo sacaba un libro, la crítica lo comparaba con el de otras poetas mujeres. Como si nunca fueran a asociar nuestras lecturas con Homero, Melville o ‘El cantar del mio Cid'», reclama.
La poeta participa del encuentro con una crítica de fondo: «Siempre he estado en contra de la separación por géneros. Pienso que se puede visibilizar la creación de las mujeres con una convocatoria mixta. Con ello seguimos dando la sensación de que lo que hacemos es algo aparte. Y yo prefiero ir siempre juntos y revueltos».
La habitación propia
«¿Tienen alguna idea de cuántos libros se escriben al año sobre las mujeres? ¿Y de cuántos de ellos están escritos por hombres?». Las preguntas planteadas por la británica Virginia Woolf en su ensayo «Una habitación propia» (1929) siguen allí, inquiriendo por qué la literatura escrita por mujeres es menos numerosa, visible o premiada que la de sus colegas varones.
¿Gozan hoy las mujeres escritoras de mayor visibilidad? Para la periodista Teresina Muñoz-Nájar, la respuesta es afirmativa: «Porque ellas así lo han decidido». La poeta Giovanna Pollarolo está de acuerdo, recordándonos que a las que hubo antes no se les prestó atención, a menos que fueran genios. «Lo usual era que se destacara a una o dos. Entre un grupo de muchos hombres, solo una mujer aparecía como ‘distinta’. Las demás eran ‘groopies o ‘musas'», añade.
Para Di Paolo, resulta claro que, en tiempos en que las mujeres fueron privadas de educación, el número de autoras resultara marginal. «Ahora sucede algo natural: mientras más mujeres entran a la universidad, hay más escritoras, más sociólogas, más historiadoras, más astrónomas», celebra. «La misma Woolf señalaba que si una mujer debía ocuparse de la casa y de los niños, no podría dedicarse a escribir con tranquilidad. Si distraían tiempo del trabajo doméstico, les decían que estaban haciendo algo malo. Y de allí nacía la culpa», añade la poeta.
LAS CONFERENCIAS
MARTES 26
En el campo de batalla. Con Jacqueline Fowks, Fietta Jarque, Maritza Espinoza y Fabiola Torres. 7 p.m.
Diez años sin Blanca Varela. Con Denisse Vega, Valeria Román Marroquín, Andrea Cabel y Yolanda Westphalen. 8:30 p.m.
MIÉRCOLES 27
Entre el escenario y la pantalla. Con Rossana Díaz Costa, Patricia Romero, Vanessa Saba y Fátima Toche. 7 p.m.
Erotismo y cuerpo femenino. Con Fortunata Barrios, Carmen Ollé, Sheila Alvarado, Violeta Barrientos y Regina Limo. 8:30 p.m.
JUEVES 28
Frente a la violencia. Con Lorena Álvarez, Teresina Muñoz-Nájar, Ana María Vidal y Nani Pease. 7 p.m.
 Escritura, política y participación. Con Margarita Zegarra, María Emma Mannarelli, Victoria Guerrero y Teresa Cabrera. 8:30 p.m.
VIERNES 29
Maternidad, lo nuevo doméstico y escritura. Con Mariana de Althaus, Mayte Mujica, Susanne Noltenius y Gabriela Machuca. 7 p.m.
 Bicentenario y sueño republicano. Con Carmen McEvoy, Francesca Denegri, Maritza Villavicencio e Irma del Águila. 8:30 p.m.
SÁBADO 30
Memoria histórica y violencia sexual. Con Alexandra Hibbet, Alejandra Ballón, Karina Pacheco y Katherine Subirana. 5:30 p.m.
Homenaje a Rossella Di Paolo. Con Susana Reisz, Rocío Silva Santisteban y July Solís. 7 p.m.
Heroínas de ficción. Con La Lá, Patricia del Río, Rosa Chávez Yacila, Gisella Orjeda, Matilde Granados y Giovanna Pollarolo. 8:30 p.m.
LUGAR: Icpna de Miraflores, Av. Angamos Oeste 160.
Autor: Enrique Planas
