La (rr) no es una letra, sino un dígrafo que se obtiene de juntar dos letras del abecedario para generar un nuevo sonido, en este caso, la pronunciación es muy similar.
Por regla ortográfica, el uso de la rr no puede encontrarse al inicio ni al final de una palabra, sin embargo es muy común encontrar el dígrafo rr en medio de algunas palabras, particularmente entre dos vocales.
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No son propios del habla culta y deben, por tanto, evitarse los siguientes fenómenos relacionados con la pronunciación de la r:
a) Cambio de la /r/ en /l/: [tólpe] por torpe, fenómeno que también se produce a la inversa.
b) Cambio de la /r/ en /s/: [kásne] por carne.
c) Pérdida de la /r/ en posición final de palabra: [señó] por señor.
d) Asimilación de la /r/ en posición final de sílaba a la consonante siguiente: [kuénno] por cuerno.
e) Pérdida de la /r/ intervocálica, que arrastra a veces a otras vocales, haciendo que desaparezcan o cambien su timbre: [pá] por para, por mira, [paése, paéze; páise, páize] por parece, [señá] por señora.
Este fenómeno llega al límite en las formas de los verbos haber, ser y querer, cuando la r sigue a los diptongos ie, ue: [ubiás] por hubieras, por fueran, [kiés] por quieres. (F)
Fuente: Diccionario de la Real Academia Española.
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