El artista romántico por excelencia, Eugène Delacroix es el protagonista de una esperada exposición en el Museo del Louvre de París. Cerca de 200 obras del prolífico artista francés se han reunido en esta muestra histórica, que recorre todas las etapas de su producción.
Desde los deslumbrantes cuadros de su juventud, pasando por exuberantes naturalezas muertas, hasta sus últimas composiciones religiosas, el Louvre reúne un conjunto excepcional de obras y escritos de Eugène Delacroix (1798 – 1863), quien es considerado uno de los pintores románticos más destacados.
No podía falta su lienzo más conocido, la imponente “La libertad guiando al pueblo (1830) que se muestra en una de las primeras salas de la exposición.
“La Libertad guiando al pueblo se ha convertido en un ícono de la libertad. Es un cuadro que se ha utilizado en todas las revoluciones y que estuvo en las estampillas y billetes franceses. Delacroix lo pintó luego de la revolución de 1830 para celebrar el advenimiento de una monarquía constitucional. Delacroix es un hijo de la revolución, para él, la libertad es un concepto esencial, un pilar. Está representada aquí como una mujer, que guía a un grupo de hombres; lleva en su mano la bandera francesa y se dirige al espectador. El mensaje de Delacroix es que la marcha de la libertad es ineluctable, porque es el camino de la historia”, explicó Sébastien Allard, director de pinturas del Museo del Louvre y comisario de la exposición.
La muestra Delacroix en el Museo del Louvre dedica un espacio a los escritos de Delacroix, en especial, su diario personal que desvela una personalidad curiosa, crítica y culta. La exposición se termina con las obras religiosas, donde Delacroix despliega todo su talento dramático.
“Se sabe poco pero Delacroix era un pintor excepcional para los temas religiosos. A partir de sus 30 años, comenzó a pintar cuadros de una intensidad increíble, que están inspirados en los maestros que lo precedieron: como Rubens, por ejemplo, o los grandes pintores españoles del siglo XVII. Delacroix produjo cristos en la cruz y cristos en la tumba impactantes, sin ocultar el dolor o el sufrimiento. En algunos casos llegó a pintar la sangre que corre por el cuerpo de cristo, con toques de carmín, que son realmente espectaculares”, agregó Côme Fabre quien es también comisario de la exposición.
El romanticismo de Delacroix se expresa en los temas abordados en su pintura, que fueran de actualidad, originales, o incluso violentos.
“Lo que le importa es poner de relieve las pasiones humanas utilizando para ello el poder emotivo del color. Es decir, que el espectador va a dejarse llevar por la emoción del tema, una emoción avivada por el color, como lo decía su amigo, el escritor Baudelaire, lo que imprime una carga dramática a sus cuadros”, concluyó Allard.
La exposición estará abierta hasta el 23 de julio.
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