Muy bien, comencemos con el relato corto, una recomendación con doble filo, por un lado para aquellos que sufren la insoportable levedad de la falta de tiempo, a los que sugiero leer durante un breve trayecto en metro, bus o en el suspiro antes de dormirse y por otro lado es un buen formato para conocer sin compromiso el universo de un autor:
– Cuentos Completos, de Kingsley Amis: Considerado uno de los mejores escritores ingleses posterior al 45 (times) Fino satírico mordaz y muy inteligentemente británico, si curioseáis su biografía no os decepcionará (fue soldado y poeta). Traducción Raquel Vicedo y maravillosamente editado por Impedimenta .
– Cuentos, de Roberto Bolaño: Universo denso y peculiar repleto de imágenes y millonario en referencias (con Bolaño se aprende mucho) para los más raritos La universidad desconocida, un compendio de sus retales, protohistorias y poemas que parece el big bang de su literatura…
– A través del espejo, una antología de Andrés Ibáñez con el espejo como nexo, una puerta a otro mundo, una reflexión sobre “el otro“ de la mano de grandes como Poe, Chesterton, Borges, Virginia Woolf, Lovecraft y más.
– No puedo olvidar los Cuentos de Fernando Pessoa, traducido por Manuel Moya y exquisitamente editado por Páginas de Espuma. Para mí Pessoa es el Borges europeo. Su relato El vencedor del tiempo lleva la literatura a la frontera del pensamiento… ¿Puedo ahora recomendar la novela corta?… Existen rarezas de no más de 100 páginas que dan gusto empezar y terminar en un fin de semana como El copartícipe Secreto, de Joseph Conrad (100 páginas). Publicada por primera vez en España por la editorial Atalanta, donde se perciben los valores de un hombre de mar (como fue Conrad) pero también los misterios y limitaciones en el microcosmos de un barco. Otra joya de la literatura marina (150 páginas) es El monte análogo, de René Daumal (también en Atalanta) del que no sé que me parece más alucinante si la historia o la biografía de su autor. Para los aficionados al gran azul también En lo profundo del mar de George Steiner (Siruela) o Rumbo al mar blanco, de Malcolm Lowry (Malpaso) un libro cuyo manuscrito (durante mucho tiempo) se creyó quemado (estas últimas no tan cortas). Y llegados a este punto permitidme que recomiende a los amantes de ensayos y rarezas.
– Aguafuertes, de Roberto Arlt (Hermida editores) un descubrimiento. En 1935/36 Arlt publica sus visiones de España en el diario porteño Mundo, es un libro de viajes pero sobre todo es un libro de cómo nos ven desde fuera.
Y para terminar una ráfaga de esos libros que llamo llaves.., porque abren puertas del conocimiento:
– En los oscuros lugares del saber, de Peter Kingsley
– Salvar las apariencias, de Owen Barfield
– Mercurius, de Patrick Harpur
– Una historia secreta de la conciencia, de G. Lachman
– El mundo bajo los párpados, de Jacobo Siruela, estos últimos de editorial Atalanta (para mí un filón de calidad) merecen si queréis comentarlos aparte.
Eran diez, ¿no? ¡Ah! ¡Cómo se nos puede olvidar la poesía! Erri de Luca: Solo Ida, poesía completa (Seix Barral) y uno de esos libros que te golpean como un gigante, las Obras completas de Félix Francisco Casanova, un chaval que murió con 19 años habiendo escrito una obra demoledora . Tan potente como sensible, tan fresca como madura, tan directa como compleja. Prologado por Aramburu y elevado por todo intelectual que se precie es uno de esos autores de los que uno se pregunta: ¿pero dónde estaba?, ¿de donde salió?, ¿por qué no lo conocíamos? ¿!¿!Ya son diez!?!?
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