El escritor mexicano David Toscana (Monterrey, 1961), reconocido con el Premio Xavier Villaurrutia de Escritores para Escritores 2017 por su novela Olegaroy, recibió el galardón la noche del martes 17 de abril en la sala Manuel M. Ponce del Palacio de Bellas Artes.
Toscana rememoró que cuando era niño casi no había libros en su casa.
“Siempre me han gustado las historias que destacan el poder de la literatura. Los relatos que cuento son para reafirmar que ésta es muy poderosa, pues hay quien exhorta a consumirla y quien quiere deshacerse de ella. Pero nadie nos la puede robar, a menos que nos maten”, dijo el narrador en el acto.
Toscana rememoró que cuando era niño casi no había libros en su casa. Sin embargo, su padre —a quien no conoció— le dejó dos grandes herencias: las nueve sinfonías de Beethoven y la Enciclopedia británica.
“Yo no leía literatura, pero sí sobre autores. Primero conocí la biografía de Dostoievski y después sus obras. Las enciclopedias nos enseñan muchas cosas sobre varias materias, pero no sobre literatura. Ese es el problema. Uno termina leyendo biografías de escritores, pero hasta cuando uno lee sus textos se comprende el poder de la literatura”, indicó.
Toscana refirió que así se inició en la lectura y en la literatura fue cuando leyó la novela El ingenioso hidalgo don Quijote de la Mancha, de Miguel de Cervantes Saavedra.
“Nunca niego mi afiliación quijotesca. Lo que más me fascinó del libro fue la idea de la libertad. No una libertad ordinaria, sino del lenguaje, del pensamiento. El personaje es un ser libre y esa idea se convirtió en mi bandera de vida y literaria. Debemos recuperar este espíritu renacentista y de la ilustración cuando de verdad nos proponemos alimentarnos de los libros, porque ahí hay verdades, modos de vida, libertad de conciencia, física, de movimiento, pensamiento y expresión. Hay que celebrar un libro aunque sea mediante una borrachera”.
Olegaroy (Alfaguara) relata la vida de un hombre de 53 años de edad, quien lee sobre el homicidio de una joven y decide indagar el caso por su cuenta y en el proceso comienza a reflexionar sobre el entorno y su persona.
Toscana estuvo acompañado por Lidia Camacho, directora general del Instituto Nacional de Bellas Artes; los integrantes del jurado Vicente Quirarte y Felipe Garrido, este último también presidente de la Sociedad Alfonsina Internacional, y Geney Beltrán, coordinador nacional de Literatura.
El Premio Xavier Villaurrutia de Escritores para Escritores está dotado con un estímulo de 500 mil pesos y un diploma.
“Este galardón fue concedido por primera ocasión en 1955, lo fundó el escritor Francisco Zendejas. En la primera edición se otorgó a Juan Rulfo por su novela Pedro Páramo. Este año, en medio de un océano de palabras, de sueños y mareas, es David Toscana quien lo recibe”, dijo Quirarte.
“Su novela Olegaroy es la culminación de una escritura que ha apostado por la sabiduría y la mordacidad. Es una historia de amor y crimen en Monterrey. El protagonista descubre que la vida es demasiado seria para tomársela en serio”.
En su intervención, Lidia Camacho informó que ochenta publicaciones fueron registradas en el certamen de 2017. “David Toscana ha recibido varios premios por su consolidada trayectoria, como todos los ganadores del premio Villaurrutia ha logrado reinventar el género novelesco”.
El Premio Xavier Villaurrutia de Escritores para Escritores está dotado con un estímulo de 500 mil pesos y un diploma.
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