Gyula Halász (1899-1984) se trasladó a vivir a París cuando tenía 25 años y empezó ejerciendo de periodista y escritor. Nacido en la localidad de Brassó como húngaro -hoy perteneciente al estado de Rumania-, adoptó en su lengua el sobrenombre de Brassaï como fotógrafo; epíteto que hace referencia al gentilicio de su ciudad natal.
En 1924 su padre era profesor de literatura de la Sorbona y decide trasladar a su familia a vivir a la capital gala. La I Guerra Mundial había terminado. París era un nido bohemio e innovador para literatos como Henry Miller y Jaques Prevert, y en los años 30, un punto de atracción para artistas como Giacometti, Dalí, Matisse, Man Ray, Bretón… o su particular amigo Pablo Ruiz Picasso, que lo cita como protagonista en su libro Conversaciones con Picasso, en 1964. Brassaï nos evoca desde su cámara Voigtländer, en sus inicios, la mirada de un París plural, abierto y libertino en un periodo donde aún la moral puritana hacía mella entre la población europea de entre guerras.
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