Signus , entidad sin ánimo de lucro encargada de la recogida y valorización de los neumáticos fuera de uso en España, y APIA , la asociación de periodistas de Información Ambiental, convocaron recientemente en Madrid a una serie de editores que apuestan en sus catálogos por libros verdes. El motivo no podía ser más especial: celebrar el Día del Libro y el Día de la Tierra. Allí estuvieron los sellos Impedimenta, Plaza y Valdés, Sílex/Silonia y Volcano Libros.
En la mesa redonda celebrada en la biblioteca municipal Eugenio Trías, en el Retiro, en la antigua Casa de Fieras, y moderada por el periodista experto en temas medioambientales y coordinador de El Asombrario Rafa Ruiz, participaron Pilar Adón, responsable de la editorial Impedimenta; Marcos de Miguel, director en España de la mexicana Plaza & Valdés; Javier García, director de la nueva editorial Volcano Libros, y Cristina Pineda, en representación de los sellos Sílex, Silonia y Tres Hermanas.
La novelista, cuentista, poeta y traductora Pilar Adón es además licenciada en Derecho con una especialidad en Derecho Ambiental. Cuenta que la primera idea de la editorial Impedimenta fue “recuperar clásicos contemporáneos”. “El catálogo de una editorial es la obra de un editor y nosotros hacemos una depuración previa muy importante”. “Respecto a los temas de medioambiente y naturaleza, aunque no son una prioridad para la editorial, sí existe una búsqueda constante; en primer lugar, porque es algo que a mí me interesa muchísimo“, explicó Adón. “Es cierto que mi mundo natural es el literario, pero a veces me gusta mezclarlo con mi otra pasión que es el medioambiente. Y de esa búsqueda han salido libros absolutamente maravillosos como Oso, de Marian Engel, que es una delicada parábola de la vuelta a la naturaleza. Un libro transgresor que narra la historia de amor entre una bibliotecaria y un oso“. En su catálogo figura además un clásico, El árbol, de John Fowles. Y entre sus novedades, El prado de Rosinka, de Gudrun Pausewang.
El proyecto de Javier García, Volcano Libros, que echó a andar en otoño sí que tiene como materia prima la naturaleza. “En la constitución de Volcano está escrito que ha de servir para ayudar a conocer, amar y celebrar la naturaleza”, explica García, que antes de editor fue responsable de prensa de una multinacional española. El último de sus cinco libros publicados es Cuaderno de Montaña, una recopilación de textos de John Muir, con prólogo de Miguel Delibes de Castro. Entre los otros títulos, Solo, de Richard Byrd, un estremecedor relato de soledad en la Antártida; y Mad María, de Márcio Souza, sobre la quimera de construir una vía férrea en la Amazonia. El editor se queja de que en España no hay autores especializados en una literatura divulgativa de la naturaleza como puede existir en otros lugares de Europa. “En España no existe un Nature writing como en la tradición de la literatura anglosajona; una cosa es saber de lo tuyo, ser un erudito en botánica o en ornitología, por ejemplo, y otra muy distinta es saber contarlo. Y nos resulta muy complicado encontrar autores en España que cumplan con este perfil. Queremos escritores que engatusen y encandilen con la naturaleza. Hablar de la naturaleza, pero sin aburrir”. En este punto, los cuatro participantes coincidieron en señalar que en España no existe esa pulsión por introducir la naturaleza de forma natural en el relato narrativo.
En este sentido, Adón apuntó: “En España sí se escribe mucho sobre naturaleza, pero no de una forma divulgativa. Escribimos de naturaleza más bien a la manera de Delibes. Parece que tuviéramos una deuda de posguerra con el neorruralismo y adolecemos de una contemplación estética de la naturaleza”. Para Javier García, vivimos un momento muy óptimo para darle la vuelta a las cosas: “Estamos en una etapa en la que temas como el animalismo, el especismo, el ecologismo y el eco-feminismo están en ebullición. Es el momento perfecto”. Perfecto para saldar esa deuda pendiente que nos hizo pasar de folclorismo rural al oligopolio de lo urbano, como si sintiéramos ese complejo del nuevo rico o del cateto que llega a la ciudad y, para hacerse el más moderno de todos, no quiere que le señalen con el dedo si comete deslices de embelesamiento con la naturaleza, para que no lo asocien con lo rural. Aunque hay escritores maravillosos como Manuel Rivas, Julio Llamazares y Antonio Muñoz Molina con extraordinarias páginas naturales, hubo coincidencia en señalar en la Casa de Fieras que la literatura española en ese sentido va muy por detrás de la anglosajona.
Cristina Pineda, de Sílex (una editorial con larguísima trayectoria en la publicación ce ensayos), Silonia (dirigida al público infantil) y Tres Hermanas, aportó un dato más de cómo ese sentimiento de comunión con la naturaleza, de traerla imbricada en los relatos y personajes, sale sin esfuerzo en los catálogos cuando publican a autores por ejemplo de Oceanía. Asegura que en su catálogo de ficción los temas verdes respiran “en muchísimos de nuestros títulos, sobre todo de literatura australiana y neozelandesa”. “Hemos editado también ensayos en los que la aproximación a la naturaleza no solo se realiza en su vertiente placentera sino pensando, entre otras cosas, en el sufrimiento del otro como motivo. Libros sobre sostenibilidad y economía circular, porque llegará un día en el que esos dos temas sean cruciales. Pero sobre todo, dentro de nuestro amplio catálogo sí tenemos un especial cuidado en que los niños tengan otra mirada hacia la naturaleza. Con autoras como Olga de Dios, por ejemplo, mostramos que vivir en contacto con la naturaleza es vivir en felicidad. Queremos que los niños vean que otro mundo es posible“. Sílex ha editado también este invierno El día que dejé de comer animales, de Javier Morales, colaborador de El Asombrario; un título que ha llegado en el momento oportuno, ha respondido a la curiosidad e inquietudes de muchos lectores y está funcionando muy bien.
Rafa Ruiz añadió que estos cuatro sellos editoriales servían para lanzar una mirada desde distintas perspectivas al asunto, pero que muchas otras editoriales españoles están apostando por lo verde cada vez más; y citó a Errata Naturae, Capitán Swing, Tundra, National Geographic/RBA, SUA Edizioak, La Trébere…
Marcos de Miguel asegura que su editorial, Plaza y Valdés , ha tenido especial cuidado en publicar temas verdes. “Estamos muy cercanos al mundo universitario, a la coedición entre universidades, y por ese lado hemos publicado, por ejemplo, ensayos sobre ética y derechos de los animales. Lo que hacemos es darle una vuelta a los textos que pueden ser demasiado áridos por eruditos de la investigación universitaria y convertirlos en ensayos de carácter divulgativo. No importa mucho lo que hayas estudiado, porque el autor te va a dar muy masticado ese conocimiento para que sea más accesible”. Esa es su especialidad. De Miguel pone como ejemplo el que hasta la fecha es su libro más vendido: Por qué amamos a los perros, nos comemos a los cerdos y nos vestimos con las vacas, de Melanie Joy. “Existe un ejército de activistas empeñados en que nos repensemos como animales y que repensemos nuestra relación con otros animales”, explica el editor.
Llegados a este punto, también surgió en el debate el enfrentamiento últimamente entre ecologistas y animalistas, con aproximaciones a menudo divergentes hacia la misma cuestión: la relación del ser humano con el planeta. En este sentido, todos los participantes, y especialmente Marcos de Miguel, coincidieron en señalar que “puede ser, sin duda un hervidero de ideas para futuros libros. Ese debate puede ser editorialmente un filón de novedades”, y sobre todo en una línea de acercar posturas, que sería lo suyo, y lo lógico.