El diseñador gráfico fue el director de arte de la revista erótica durante tres décadas
Las cosas memorables se pueden realizar en poco tiempo. Ni una hora le llevó esbozar el logo de Playboy a Art Paul, fallecido el sábado pasado a causa de una neumonía a los 93 años de edad en un hospital de Chicago. “Lo dibujé en unos minutos”, recordaba en una entrevista. “Si hubiera sabido lo famosa que se haría esa marca le hubiera dedicado mucho más tiempo; y, muy probablemente, no me hubiera salido tan bien”.
El conejo con pajarita se convirtió en uno de los símbolos corporativos más reconocidos de la historia. El fundador de la revista, Hugh Hefner (1926-2017), le encargó su diseño completo el año de su creación, en 1953. El editor que vivía en bata contaba hace unos años las circunstancias de su contratación: “Es muy simple. Fue el tipo adecuado en el lugar adecuado en el momento adecuado”, y subrayaba su importancia en él éxito de la mítica publicación: “No podría haber hecho todo esto sin él”.
Paul era entonces un joven ilustrador y diseñador que trabajaba por libre en Chicago, influido por el estilo simple y depurado de la alemana Escuela Bauhaus. Él diseñó la primera portada, con una bellísima Marilyn Monroe saludando en un desfile a la multitud; y también el logo, que al principio pensó utilizar nada más como detalle gráfico para cerrar los artículos. Pero al tercer número lo llevó a la portada. El conejo fue la figura elegida, explicó escueto Paul, “por ser el playboy de los animales”.
Arthur Paul nació en Chicago el 18 de enero de 1925. Tenía un año cuando se quedó huérfano de su padre, un emigrante de Ucrania. Durante su infancia, en la que se ganó sus primeros dólares repartiendo periódicos, descubrió su gusto por el arte al quedarse prendado de una escultura de su hermana que hizo su hermano mayor y que Paul conservó como oro en paño hasta el último día. En el instituto dibujó en el periódico de los estudiantes e hizo murales en las instalaciones escolares. Con el apoyo de un profesor que detectó su talento, obtuvo una beca para iniciar sus estudios artísticos en el Instituto de Arte de Chicago, sirvió luego en la Fuerza Aérea de Estados Unidos durante la Segunda Guerra Mundial y, a la vuelta, aprovechó el plan de ayudas para soldados para seguir desarrollando su formación, ya con una orientación específica, en el Instituto de Diseño de Chicago, hoy Instituto Tecnológico de Illinois, licenciándose en 1950.
Fue el director de arte de Playboy durante 29 años en los que la revista cosechó innumerables premios de diseño y se consagró como una referencia mundial para la concepción visual de las publicaciones de información y entretenimiento, destacando su fluidez, ritmo, diversión y colorido, y con marcas de la casa como poner contiguos tres gestos distintos de una misma sesión fotográfica para ilustrar entrevistas.
Además, Paul encargó ilustraciones y dibujos originales para la portada a artistas de renombre como Andy Warhol, Salvador Dalí o James Rosenquist, pidiéndoles que el resultado fuese capaz de referir a un tema por sí solo y concediéndoles plena libertad creativa.
La obra maestra de este diseñador habita el Olimpo del diseño junto a logos como los de Nike, Apple, McDonald’s o Disney. Queda como un hito de la cultura pop del siglo XX, tan icónico y funcional que, una vez, una carta llegó sin dirección de destino desde California hasta la sede de la revista en Chicago sellada únicamente con la imagen del conejito. En 1982 se retiró de Playboy. “Creo que ya cumplí”, dijo Art Paul.
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