El autor de obras como «El Lamento de Portnoy» o «Pastoral Americana» ganó el Pulitzer en 1997
Philip Roth, el autor de obras como «El Lamento de Portnoy» o «Pastoral Americana», ha fallecido hoy a los 85 años de edad en un hospital de Nueva York a causa de una insuficiencia cardíaca. Nacido en Newark, Nueva Jersey (Estados Unidos) el 19 de marzo de 1933, es el segundo hijo de una familia judío-norteamericana emigrada de la región europea de Galitzia (Ucrania) y estaba considerado uno de los mejores escritores norteamericanos de los últimos veinticinco años. Eterno candidato al Nobel, y puntal de la literatura estadounidense, acumuló algunos de los máximos reconocimientos literarios, entre ellos el Pulitzer en 1998 y el premio Príncipe de Asturias de las Letras en 2012.
Con su primera obra, «Adiós, Colón», un libro de relatos sobre la vida de los judíos en Estados Unidos publicado en 1959 después de dos años de estancia en el Ejército, obtuvo el importante National Book Award y lo situó en el primer plano del éxito editorial. Su primera novela, «Huida» (1962), narra la agonía de un joven catedrático que se debate entre razón y sentimientos, conflicto que constituye una de las claves de su producción literaria. Desde entonces, cada nueva obra suya ha fue un éxito editorial y objeto de escándalo e impacto en la sociedad estadounidense.
Desde 1992, momento en el que abandonó la docencia, se dedicó por entero a la literatura. A lo largo de su carrera se ha servido de su personaje Nathan Zuckerman, su alter ego, para analizar con fino humor las desesperanzas y fantasías de sus compatriotas. «Pastoral Americana» (1998), «Yo me casé con un comunista» (2000) y «La mancha humana» (2001), forman la trilogía sobre la reciente historia de Estados Unidos, una sociedad a la que ha atizado con su látigo de ácida ironía por su capacidad para escudriñar el alma humana analizando del dolor, la crueldad o la soledad.
Su capacidad de provocar, de remover los cimientos de la literatura norteamericana, volvió a confirmarse con «La conjura contra América» (2005), donde propone una versión alternativa de la historia de Estados Unidos, en la que el presidente Roosevelt es derrotado por el aviador Charles Lindbergh, un antisemita declarado que firma un tratado de paz con Hitler.
Precisamente, en una de sus últimas apariciones públicas, el novelista lamentaba las diferencias entre la situación que inventó para esa novela y «la calamidad política» actual. Si bien Lindbergh «pudo ser un racista, un antisemita y un supremacista blanco», pero también fue «un auténtico héroe americano». Trump, en comparación, «es un fraude masivo, la suma diabólica de sus defectos, desprovisto de todo excepto de la ideología vacía de un megalómano».
En aquel momento, también se pronunció sobre la oleada de acusaciones de abusos sexuales por parte de hombres que ha denunciado el movimiento «MeToo». «Nada de las conductas extremas sobre las que estoy leyendo últimamente en los periódicos me asombra», afirmó.
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