El escritor norteamericano con superventas en España se sincera con EL MUNDO acerca de su vida privada y da detalles de su último libro, ‘Arderás en la tormenta’ (rocaeditorial), en el que ha vuelto a dar trabajo al detective Dave Gurney en un entramado policial atravesado por el racismo y las noticias falsas
Para ser un hombre de ciudad (Nueva York, 1942), a John Verdon le gusta demasiado el campo. Cada domingo se levanta a las siete de la mañana, toma su café, abre el corral de las gallinas y deja que salgan a estirar un poco las patas, alimenta al gato y corta el césped. «Vamos, lo que hace cualquiera en su vida normal», sonríe el bestseller.
Tras su jubilación, él y su esposa Naomi decidieron mudarse a las montañas de Catskill, al sureste de Nueva York. Fue allí donde comenzó a leer libros policiales hasta el punto de fascinarse con ellas. «Recuerdo que una noche estábamos conversando con Naomi, y en una charla larga y tendida en la que discutimos sobre cómo se estructura una novela negra, ella me alentó a que escribiera una», recuerda el escritor. De su imaginación y de su propia autobiografía nació el personaje principal de sus tramas, el detective retirado Dave Gurney, que como su creador, también se ha mudado con su mujer a una antigua granja para
encontrar un poco de tranquilidad. Aunque rara vez lo consigue. En cada nueva entrega de esta saga, alguien llama a la puerta (o al teléfono) del detective, que no puede ante su propio genio y termina por aceptar un nuevo trabajo. «Salvo los puntos obvios en común, Gurney y yo somos muy diferentes. Empezando porque él es mucho más temerario que yo», explica el autor.
Verdon siempre supo que quería escribir, pero el camino para convertirse en un autor literario no fue rápido ni sencillo. Al terminar la universidad, buscó trabajo como periodista, pero no tuvo mucho éxito. «El único modo que encontré para que me pagaran por escribir fue la publicidad», se confiesa el autor de thrillers. Por eso se dedicó a la carrera publicitaria por 30 años, hasta que un buen día, se jubiló y decidió que quería probar suerte con la carpintería. «Deseaba hacer algo nuevo y me motivaba mucho trabajar con mis manos». Así, hizo algunos muebles que conserva en su casa, y otros que regaló a sus hijos.
Fueron los años, y el apoyo constante de Naomi, los que animaron a Verdon a presentar su primera novela, Sé lo que estás pensando, a diferentes agencias literarias. «Mandé 54 cartas. Solo una agencia me contestó y apostó por la publicación del libro«, cuenta el escritor. Su primera novela fue un éxito comercial y llegó a ser la número uno en ventas. En 2011 vino la segunda entrega protagonizada por Gurney, alcanzando el mismo éxito, y desde entonces Verdon no ha dejado de escribir bestsellers. Ahora, por sexta vez, el detective se ve involucrado en un caso policial en Arderás en la tormenta, una historia atravesada por el racismo y por la desinformación que muchas veces generan los medios de comunicación.
«Esta preocupación por el conflicto racial viene de una frase que tomé de un libro del puritano Cotton Mather, que se implicó en los juicios de las Brujas de Salem, y dadas las atrocidades que se llevaban a cabo, tuvo un momento de escepticismo y recoge unos testimonios donde se dice que no hay una calamidad social tan terrible en la que no haya alguien tan malo como para sacar de ella un provecho personal», expresa el autor. De ahí surgió la idea de crear un personaje lo suficientemente malvado como para poder sacar algún provecho personal del conflicto racial, un tema tan histórico como actual en los Estados Unidos.
Para Verdon, la única solución a los problemas sociales y políticos es la empatía. «Es algo esencialmente humano y es muy necesario. Si no hay un interés por saber quiénes son los otros, cómo viven, qué les sucede, cuáles son sus problemas, es muy difícil entender qué es lo que están viviendo», expresa. Como Naomi para él, Madeleine, la esposa de Gurney, representa la figura de la empatía en sus libros. «Hay una diferencia fundamental entre los dos y es que ella siente mucho más lo que le sucede a los demás. Ella es muy emocional, y Gurney también lo es, pero desde un sentido de justicia y de la verdad». En la primera página de su novela, una dedicatoria se lee: para Naomi. «Hemos estado juntos por 40 años. Básicamente, ella hace que mi vida sea posible«.
A pesar de ser un detective retirado, parece que Gurney tendrá trabajo por algún tiempo más. «Ya estoy tomando algunas anotaciones para próximas entregas», confiesa el escritor, deslizando la idea del que será un séptimo libro. Aún así, y más allá del éxito que han tenido sus novelas en los últimos años, confiesa que su vida no ha cambiado, y que tampoco desea que cambie. «Si fuera joven, quizás, pero ahora lo estoy disfrutando. No pienso que soy un escritor, sino que simplemente escribo», sonríe, satisfecho.
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