Ángeles Baños expone sus trabajos recientes
Es muy joven, pero habría que haber pasado varios años en un universo paralelo (como los que ella pinta) para no reconocer, desde cierta familiaridad, los trabajos de la madrileña Blanca Gracia. En sus piezas en diversas técnicas, esta artista camina entre la fascinación por lo exótico del principiante (la mirada de Gauguin) y la observación irónica de la actualidad (en la estela de, por ejemplo, Marcel Dzama), para representar escenarios selváticos, o de aire neocolonial, poblados por seres que parecen haber huido de nuestro mundo para reírse de él fuera, reproduciendo nuestros errores o poniéndolos en evidencia.
Ahora, hasta el 30 de julio, Gracia presenta su producción reciente en la Galería Ángeles Baños de Badajoz. La muestra se llama “Sizigia”, que es el nombre que dan los astrónomos a la alineación momentánea de al menos tres objetos celestes; a una sincronía espacial. En griego la palabra tiene una doble connotación, de unión (positiva) y de yugo (no tanto).
El título se debe, no a la alineación de proyectos espaciales en la exposición, sino a la atención que la autora ha prestado al afán humano por acercarse a las estrellas, por conocer lo elevado, mientras nuestro lado más mundano nos ancla al suelo. De la exposición forman parte un vídeo, dibujos, esculturas e instalaciones que nos convierten en entes que habitamos en el aquí y en el allá, alineados entre dos mundos.
La animación Hipnosis para encontrar tu lugar en el mundo invita al espectador, tanto a posicionarse sobre su contexto político y social, como a planear fugarse de él, aunque esa huida lo conduzca a espacios absurdos, aún más caóticos que su punto de partida. Para acompañar a las figuras de las obras en su búsqueda del más allá, en el que no sabemos si habitan extraños o nuestras sombras de la caverna platónica, el espectador tiene que atravesar en la galería una cortina para poder contemplar gran parte de la exposición.
También las instalaciones y las esculturas proponen un permanente viaje circular entre lo terrestre y lo extraterrestre, entre la protesta cercana y la inmersión en lo sideral, en la magia que tiene que dar sentido a lo ridículo.
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