Enrique Verástegui Peláez, considerado por la crítica peruana e internacional como uno de los más importantes exponentes de las letras en Perú, falleció este viernes 27 de julio como consecuencia de un infarto, según informaron familiares y amigos a través de las redes sociales.
Verástegui había nacido el 24 de abril de 1950 en Lima pero residía desde hace años en Cañete. Jarry, como lo conocían en la calle O’Higgins de esta población, fundó el Movimiento Hora Zero junto a los poetas Jorge Pimentel, Juan Ramírez Ruiz, Jorge Nájar, Enriqueta Belevan y Carmen Ollé.
Con su primer libro, En los extramuros del mundo (1971), se erigió como uno de los más importantes poetas de Latinoamérica. Publicó también los poemarios Ángel con laúd sideral, los dos tomos de Angelus Novus, Leonardo, Teoría de los cambios y Bodegón, entre otros títulos.
También incursionó en la narrativa con novelas como Terceto de Lima, Teoría del Anarquista Ilustrado, La máquina del CrepusCulo, entre otras. Publicó igualmente ensayos filosóficos, matemáticos y diarios.
Recibió, entre otros reconocimientos, un doctorado honoris causa por la Universidad Latinoamericana de la Investigación; el premio Luces (2009), que otorga el diario peruano El Comercio, por su libro Teoría de los cambios; fue homenajeado en 2010 por la Universidad Nacional Enrique Guzmán y Valle, La Cantuta, y por la Cámara Peruana del Libro.
El poeta peruano participó en diversos festivales peruanos e internacionales y a inicios de 2018 fue homenajeado en Cusco en el Festival de Poesía en el Sur Andino. En febrero, además, había recibido un homenaje de la Universidad Nacional de Educación Enrique Guzmán y Valle.
En abril, en el marco de la segunda Feria La Independiente, en el Ministerio de Cultura, se proyectó el corto documental Apariciones, en un panel de computador inspirado en su vida y obra.
Además de la participación de poetas y familiares de Verástegui, este trabajo difundió una serie de entrevistas hechas al poeta entre 2017 y 2018, en las que reveló sus opiniones sobre la poesía, su época parisina, su devoción por Cañete y San Marcos, las redes sociales y el cine.
“Admiro a la gente que se entrega a la poesía, que entrega su vida a la poesía, que pasa días, décadas y décadas inmensas dedicadas a escribir poesía aunque a veces no tenga la suerte de encontrar un editor”, le dijo Verástegui al escritor Rodolfo Ybarra en una entrevista publicada en 2016 en la revista LimaGris.
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