La compañía regresa a San Sebastián después de ocho años ausente con un espectáculo que fue portada en el «New York Times» y que se basa en la obra homónima de Haydn, en la que el compositor austríaco relata la creación del mundo.
Globos de helio, «iPad», salvavidas, Open Arms, Siria y los refugiados en busca del paraíso… La Fura dels Baus ha «recreado» «La Creación» de Haydn y la ha convertido en una ópera inmersiva interpretada por cien personas a la que el «New York Times» ha dedicado su portada y que abre la Quincena Musical Donostiarra.
La Fura agotó entradas en Nueva York el pasado 19 de julio con su propuesta, nacida a partir de la manifestación de Barcelona del 18 de febrero del año pasado para pedir la acogida de refugiados, y con ella lograron una inesperada portada en el «New York Times» dos días después alabando su montaje.
«Nos quedamos todos muy impresionados, no nos lo esperábamos para nada. Fue todo un regalo porque nos consideraron el espectáculo de la semana, y el título era «La Creación ilumina Nueva York»», rememora riéndose en una entrevista el director de la compañía, Carlus Padrissa, que asegura que la obra les ha quedado «redonda».
«Es La Fura del teatro inmersivo, el que protagoniza el público, que en un momento dado se ve totalmente rodeado. Parece que estás en el cine 7.0», bromea.
«Es un ejemplo claro de ópera escénica, del concepto que queremos promover: el público no es la cuarta pared, es protagonista de lo que sucede, del espectáculo, porque la vida es así, inmersiva», resume Padrissa.
Antes de Nueva York han estado en París, Viena, Stuttgart y Hamburgo, donde les «ficharon» los americanos para el Lincoln Center, y en el Festival de Aix en Provence, donde la estrenaron, y tras su doble actuación en la Quincena de San Sebastián (2 y 3 de agosto) viajarán con ella A Coruña y a Kaoshiung, en Taiwan.
«Estamos muy contentos porque las críticas están siendo muy buenas. En Viena, donde actuamos en el teatro en el que fue residente Beethoven —Theater an der Wien—, dijeron que «un ángel se había aparecido en el teatro»», comenta un feliz Padrissa.
La producción, cuyo estreno absoluto en España fue el pasado 30 de junio en los Teatros de El Escorial, nace de la «performance» que hicieron para la manifestación de Barcelona en la que pusieron unos chalecos salvavidas entre la arena del Mediterráneo, el «Mare Mortum».
Luego se les «apareció» «La Creación» y le «quitaron» a Haydn la «h» y la «y», y con el «ADN» que les quedó crearon un macromundo, con figuras de planetas, y un micromundo con espirales y átomos, «los dibujos que van haciendo en su camino los refugiados».
El coro, en esta ocasión el Haydn dels Baus, son los peregrinos y los solistas —la soprano Alicia Amo, el tenor Gustavo Peña y el barítono Thomas Tatzl— son los ángeles Gabriel, «el de la comunicación»; Rafael, «el de la medicina, como una ONG que va orientando a los refugiados»; y Uriel, «el calor, el sol, el amarillo de Open Arms».
Treinta y seis globos de helio, de un metro de diámetro, suspendidos sobre el escenario representan la esperanza del refugiado, le dan «ingravidez», le empujan hacia arriba cuando llegan a «la casa» de Adán y Eva.
La compañía regresa a San Sebastián después de ocho años ausente con un espectáculo que se basa en la obra homónima de Haydn (1732-1809), en la que el compositor austríaco relata la creación del mundo inspirándose en textos del «Génesis», el «Libro de los salmos» y «El paraíso perdido» de Milton, interpretado por La Orquesta Sinfónica de Bilbao y dirigido en el foso por José Ramón Encinar.
La obra está dedicada al que fue intendente del Teatro Real Gerard Mortier (1943-2014), porque, subraya Padrissa, «defendía la creación como un ser vivo, no como un sistema cerrado y museístico, lo mismo que nosotros».
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