Se le considera una pionera del cine en Venezuela y su nombre es referente para las nuevas generaciones
“Es muy importante para mi que me recuerden como una persona que amó el cine con gran pasión”, confesó en una de sus más recientes entrevistas la directora, guionista y productora venezolana de origen sefardí Margot Benaceraf (Caracas, 1926), quien este 14 años celebrará 92 años de vida, 70 de ellos dedicados al séptimo arte.
Se le considera una pionera del cine en Venezuela y su nombre es referente para las nuevas generaciones, no solo como realizadora, sino también como gerente cultural, faceta en la que ha alcanzado grandes logros, entre ellos la creación de la Cinemateca Nacional en 1966 y la de una fundación que lleva su nombre, en la escuela de Artes de la UCV, recinto que cuenta con una videoteca para los estudiantes y una biblioteca con más de 4 mil títulos.
Pero Benacerraf es reconocida como artífice de dos joyas de la cinematrografía nacional: el documental Reverón (1952), un retrato audiovisual del pintor desde su taller en El Castillete, en Macuto; y Araya (1958), cinta que narra la vida de los habitantes de ese pequeño pueblo del estado Sucre que vivía de las salinas, que le valió el Premio de la Crítica en el XVII Festival de Cannes, en 1959, compartido con Hiroshima, mon amour, del francés Alain Resnais.
Por su importancia y su novedad -fue rodada solo por la cineasta y un camarógrafo- Araya ha sido mencionada entre las cinco mejores películas del cine latinoamericano.
En cuanto a Reverón, son legendarias las anécdotas contadas por la propia Benacerraf sobre cómo le sirvió de carta de presentación ante el mismísimo Pablo Picasso, de quien hizo algunas tomas para un proyecto que no se concretó y que hoy se encuentran desaparecidas. Mientras que a través de Araya forjó una amistad duradera con el dramaturgo José Ignacio Cabrujas, quien narró la versión en español de la cinta grabada originalmente en francés.
Madame Cinéma, documental inspirado en la vida de Benacerraf, dirigido por Jonathan Reverón, plasma los logros de la realizadora ligados a Francia, donde realizó estudios de cine.
“Mientras más conoces el cine más lo quieres, eso es así, es indudable”, comentó en una entrevista la mujer que desafiando los convencionalismos de una época se convirtió en cineasta, inspirando y allanando el camino a otras que hoy siguen escribiendo su nombre en las marquesinas de nuestros cines.
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