Roza la generación Z. La cacereña Verónica Living –es su nombre artístico– pertenece a esa nueva ola de escritoras noveles que se atreven con todos los géneros. Escribe verso y prosa y firma en géneros arduos como la novela y el ensayo. Vinculada a varias disciplinas, se formó Bellas Artes en Salamanca, pero siempre mostró un interés especial por «generar historias». Está convencida de que sus compañeros leen más de lo que aseguran sus progenitores, que lamentan la llegada de una generación a la que las redes les coartan el estímulo de la lectura. Apenas ha cumplido los veinte años y ya ha publicado su primer poemario ‘Me falta la sangre’ (Ediciones en Huida, 2018) en papel, un formato del que la cacereña se muestra fiel defensora. «No creo que se vaya a perder nunca», asegura con cierto romanticismo ya que paradójicamente pertenece a una generación en la que prima lo virtual. A pesar de ello, lejos de mostrarse contraria, no deja de destacar las virtudes de las redes. «Con internet hay muchísimo más contenido, lo único que hacen las nuevas tecnologías es ponerlo a la vista, es una manera de catapultar tu carrera», relata mientras se muestra convencida «la calidad». «Veo un talento increíble», pone de relieve.
La cacereña defiende el nuevo paradigma literario al que pertenece y que apuesta por la libertad y la igualdad. Aboga por romper los estereotipos a los que se ha asociado a la mujer en la literatura durante la historia. «Debemos romper con esa idea de la mujer como musa o como Lolita», apostilla mientras asegura que las mujeres poco a poco «estamos recuperando nuestro lugar en la historia y en la literatura».
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