Un informe sobre tendencias en el mundo del arte revela la importancia adquirida en el mercado por nombres poco conocidos por el gran público
Zao Wou-Ki vende más que Jeff Koons. Kerry James Marshall supera, de lejos, los resultados en subasta de Damien Hirst. Cecily Brown le saca varias cabezas a Cindy Sherman, pese a contar con una popularidad infinitamente menor. Y, pese a que pocos sepan deletrear su nombre, Njideka Akunyili Crosby se acaba de convertir en la más cotizada entre los artistas nacidos después de 1980. Son algunas de las conclusiones del informe Artnet Intelligencer, nuevo observatorio de las tendencias que sacuden el mercado del arte, que demuestra que los nombres más conocidos no siempre son los que se subastan mejor.
El caso más sintomático es el de Wou-Ki, convertido en el segundo artista de posguerra más cotizado del mundo, solo después de Andy Warhol, y en el sexto más caro de todos los tiempos. En el primer semestre de 2018, sus ventas se situaron solo por detrás de las de estrellas como Picasso, Monet o Modigliani. A finales de septiembre, uno de sus cuadros fue vendido por 65 millones de dólares (56,5 millones de euros) en una subasta en Sotheby’s. La obra, un tríptico de gran formato titulado Juin-Octobre 1965, convirtió a Wou-Ki en el artista asiático más caro de la historia. Nacido en Pekín en 1920, el pintor se exilió en París a finales de los años 40, cuando frecuentó el Montparnasse artístico de la posguerra y recibió elogios de Picasso y Miró. Residió en Francia hasta su muerte en 2013, cuando empezó su ascenso imparable en el mercado. “China, a punto de convertirse en primer mercado mundial, intenta reapropiarse de sus grandes artistas. Sobre todo, de aquellos que se expresaron libremente. Wou-Ki no fue el único que lo hizo, pero sí el más preeminente”, analizaba hace unas semanas su galerista, Franck Prazan, desde su stand en la feria londinense Frieze Masters.
El informe de Artnet, publicado a comienzos de este mes por este portal especializado en el mercado del arte, también refleja el fenómeno de ventas protagonizado por los artistas afroamericanos. En el primer semestre de 2018,dos pintores negros se colaron por primera vez en la lista de las diez obras más vendidas: Kerry James Marshall, cuyo lienzo Past times se vendió por más de 21 millones de dólares (18 millones de euros), y Mark Bradford, de quien se subastó la obra Helter Skelter por 12 millones de dólares (10,4 millones de euros). Su cotización al alza coincide con un ciclo de reconocimiento institucional para ambos. Menospreciado durante décadas, Marshall fue objeto de una gran retrospectiva en el Metropolitan de Nueva York en 2017, mientras que Bradford representó a Estados Unidos en la pasada Bienal de Venecia. “A medida que el canon del arte cambia, el mercado se ve continuamente incentivado por la búsqueda de nuevos héroes”, asegura el editor de Artnet, Andrew Goldstein, en un correo electrónico. “Lo que está sucediendo ahora es que capas históricas hasta ahora infrarrepresentadas, como mujeres, negros y artistas modernos de tradición no occidental, empiezan a ser objeto de atención”.
El de Cecily Brown es otro caso sintomático. Artista británica de 49 años y fuertes acentos expresionistas, es una de las cinco mujeres que figuran entre las 100 mejores ventas del primer semestre de 2018, según los resultados comunicados por 473 casas de subastas de todo el mundo. Las otras cuatro son Yayoi Kusama, Joan Mitchell, Georgia O’Keeffe y Agnes Martin. “Es una cuestión de abastecimiento. Los grandes nombres ya han sido absorbidos por el mercado. Muchos de sus mejores cuadros ya están en los museos y los coleccionistas no desean prescindir de ellos. Como consecuencia, el mercado navega hacia esos nombres nuevos, como Wou-Ki o Cecily Brown, cuyo mejor trabajo todavía está disponible”, expresa la responsable del informe, Julia Halperin.
En el lucrativo mercado de las copias de artista también sobresale un nombre inesperado: el del pintor y ornitólogo John James Audubon, discípulo de Jacques Louis David que publicó Las aves de América (1827-1838), perseguido compendio de láminas del que hoy solo quedarían trece copias en todo el mundo. Una de ellas se vendió a comienzos de 2018 por 9,6 millones de dólares (8,3 millones de euros). Es decir, el triple que una Marilyn de Warhol (2,8 millones de euros) y casi siete veces más que una copia firmada por Munch (1,5 millones de euros). Por último, la lista de artistas más buscados en la base de datos de Artnet también reserva sorpresas. La encabezan Picasso, Warhol, Chagall y Miró. Pero les siguen de cerca nombres como Jonas Wood, conocido por sus cuadros de interiores domésticos y representado por el todopoderoso Larry Gagosian, o el artista urbano Kaws, fenómeno en las redes sociales con sus 1,4 millones de seguidores en Instagram.
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