Hace cinco años apenas sobrevivía. Ahora esta artista vendió una pintura por $20,000

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Amanda Oleander estaba sentada dentro de su coche en un parque de diversiones de Disney cuando de repente todas las personas a su alrededor la señalaban asombrados.

Con tan solo cuatro años y un lápiz que su mamá le había dado mientras esperaban en la fila para conocer a Mickey Mouse y sus amigos, Oleander había empezado a dibujar casi a la perfección a los personajes en el libro oficial de autógrafos.

“Todos decían ‘¡Mira a esa niña! ¡Mira como dibuja!’”, dijo Oleander a el Nuevo Herald. “Esa fue la primera vez que mi familia se dio cuenta que yo era buena con el arte”.

A sus 29 años, Oleander, oriunda de Fort Lauderdale, Florida, e hija de padre chileno y madre venezolana, ahora se dedica a vender su arte. En el 2015, vendió su pieza más cara hasta el momento al director ejecutivo de T-Mobile por $20,000.

Pero no siempre fue así. Cuando era una recién graduada tratando de labrarse una carrera en el difícil mundo del arte, sobrevivía con tres trabajos y dormía en el piso del apartamento de un colega. En ese entonces comía muchos emparedados de mantequilla de maní con mermelada, dijo.

Su éxito se lo debe en gran parte a las redes sociales, donde tiene cientos de miles de seguidores, promueve su trabajo, vende sus obras —los lunes tiene una oferta especial de sus dibujos por $30— e interactúa con sus fans.

Todo cambió en marzo del 2015 cuando la artista descargó la aplicación Periscope, en ese entonces una novedad para transmitir videos en vivo, y decidió grabarse mientras pintaba. Mientras trazaba figuras y luego las coloreaba, cientos y luego miles de usuarios se conectaron a admirar su obra.

Poco a poco, la popularidad en línea de Oleander creció hasta convertirse en la mujer más seguida en Periscope. Luego su fama se esparció a otras redes, incluyendo Snapchat y Facebook. Hoy en día cuenta con casi 800,000 seguidores en Instagram, su sitio favorito.

Oleander acredita su éxito en el mundo virtual a sus esfuerzos por ser auténtica. En general, ella dibuja lo que está ocurriendo o ha ocurrido en su vida, como despedirse de su novio en el aeropuerto o cocinar con su abuela.

Su pasión es dibujar con la mayor honestidad posible su más pura intimidad: exprimirle un grano a su pareja, comer pizza en la cama, bañarse con una amiga o afeitarse las piernas mientras conversa con su novio.

“Estoy cautivada por la forma en que las personas se comportan detrás de las puertas cerradas — las cosas que todos hacemos, pero de las que realmente no hablamos ni compartimos en las redes sociales”, dijo Oleander. “Creo que si tratáramos de fotografiar esos momentos, cambiaría la forma en que nos comportamos, así que los dibujo”.

Lo que más le fascina de todo lo que ha aprendido usando las redes sociales es lo similares que son muchas vidas a pesar de ser de distintas razas, culturas y países, o hablar distintos idiomas. Si publica una foto de una pareja abrazándose, por ejemplo, cualquier persona, aunque sea de un lugar muy distante, puede identificarse con ella.

Sarah Bell, una residente de 27 años de St. Petersburg, Florida, es una de las fanáticas de Oleander. Bell encontró a la artista en Instagram a principios del 2018, e inmediatamente se enamoró de su obra.

Bell le dijo a todos sus amigos que también siguieran a Oleander y compró una pintura llamada “Riega tus rosas”, de una mujer con rosas saliéndole de la cabeza mientras ella las riega.

En ese momento, Bell estaba luchando con un trabajo que la estaba asfixiando y no sentía la libertad de explorar su creatividad. Pero poco después de encontrar a Oleander, Bell decidió renunciar y explorar un camino profesional distinto, y cree que en gran parte Oleander la inspiró a hacerlo.

Bell nunca ha conocido a Oleander en persona, solo han hablado por comentarios y mensajes en Instagram, pero siente que la conoce a través de su página.

“Ella es muy agradable,” dijo Bell. “Parece una chica muy dulce. Siempre nos agradece a todos por apreciar sus publicaciones”.

Oleander ya no sabe si genuinamente recuerda lo ocurrido hace más o menos 25 años en Orlando cuando su familia descubrió su talento, o si ha oído el cuento tantas veces que simplemente cree que sí, pero asegura que ella misma no se dio cuenta de su habilidad artística cuando era niña.

Cuando tenia casi 10 años, Oleander participaba en los concursos de dibujo de su Publix local. Siempre ganaba. Pero nunca se detuvo a pensar en lo que eso significaba, solo recogía su premio y seguía su vida.

En secundaria participó en una competencia de arte en Weston, Florida. Su pintura ganó el primer lugar entre aproximadamente 4,000 estudiantes. Luego alguien se robó el cuadro. Recuerda que se puso muy triste lamentando su pérdida pero ahora, en retrospectiva, lo ve como un halago.

“Supongo que debió de haber sido muy buena la pintura para que alguien se la llevara”, dijo.

Ni siquiera cuando se vio obligada a escoger una carrera al entrar a la universidad se le cruzó por la mente que su arte era tan bueno que podría ganarse la vida haciéndolo. Inicialmente escogió estudiar Negocios, pero después de uno o dos años decidió cambiarse a Bellas Artes y tratar de explotar lo que en verdad disfrutaba hacer.

En el 2013, se graduó de la Universidad de Carolina del Norte en Charlotte y poco después se mudó a California. Allí mandó sus dibujos a muchas agencias tratando de convertirse en artista profesional mientras esperaba que alguien le diera una oportunidad.

Fue un camino duro hasta ese día milagroso en que su arte se hizo viral, dijo. Ese día marcó un antes y un después. A pesar de que ya había sido una artista profesional para ese entonces habiendo trabajado para E! Entertainment, ese paso le permitió hacerse independiente.

A partir de ahí, empezó a ir a conferencias y dar charlas, incluyendo una aparición en TED Talks, sobre el poder de las redes sociales para su carrera.

Pero siempre ha oído los mismos comentarios: “Cuéntanos tu secreto para que tus dibujos se vuelvan tendencias,” le pregunta la gente.

La respuesta de Oleander siempre es la misma: “Me gustaría poder decirte que hay un enlace que pagas equis cantidad de dinero y te vuelves viral, pero no es así. Solo trabaja duro y trata de ser genuina”, dijo.

April Hines, bibliotecaria de la Universidad de Florida experta en marcas personales a través de redes sociales, dice que lo que Oleander hace es lo más efectivo para establecer una influencia en internet. Al mantener una plataforma interactiva, donde las personas sienten que tienen una amiga en vez de simplemente un tablero con mensajes, Oleander logra conectarse personalmente con cada uno de sus seguidores.

Hines dijo que no es sorpresa que las redes sociales hayan puesto en marcha la carrera de Oleander, ya que muchas otras personas han tenido experiencias similares. Y también cree que todo este grupo seguirá explorando este formato de comunicación y lograrán mucho más.

“Creo que hay un gran potencial intacto en cuanto a usar las redes sociales como una herramienta profesional”, dijo Hines.

Ahora Oleander se levanta todos los días en su ropa interior o pijama, camina al estudio desde su casa y lo primero que hace es crear un dibujo para compartirlo con sus seguidores.

Segundos después que lo publica, los comentarios empiezan a llegar…

“¿Tu trabajo se envía a Nepal también? Me encanta tu arte y lo necesito”, le escribe uno de sus fans.

“¡Esta es una ilustración tan increíble de cómo muchos de nosotros nos sentimos en este mundo!!!!”, le dice otro.

“¡Eres la mejor!”, dicen.

Ver más en: El Nuevo Herald

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