La autora de grandes ventas como ‘Seremos Recuerdo’ o ‘La magia de ser nosotros’ y Premio Cosmo a la Escritoria Millenial nos confiesa los títulos imprescindibles para ella.
Según la escritora Elísabet Benavent, estos son los siete títulos que toda mujer debería tener en su librería y nos explica la razón. ¿Cuantos de ellos hay en la tuya?.
‘Orgullo y prejuicio’, de Jane Austen.
Es considerada una de las primeras comedias románticas de la historia de la literatura y me encanta porque, aunque hay cientos de detalles de la vida que lo envuelve que nos resultarán sorprendentes, hay algo universal en el amor que lo hace atemporal.
Cómo ser mujer, de Caitlin Moran.
Me encanta la pluma de esta autora, certera y mordaz. Es capaz de tratar temas como las relaciones, el trabajo, la sexualidad o la familia con un tono confidente y divertido que nunca deja de lado la franqueza.
Diario de una adolescente, de Phoebe Glorckner.
Me enamoró la manera que el discurso salta de lo narrativo a la visual entre las páginas del libro. Desde luego, una obra polémica y en algunos aspectos muy políticamente incorrecta.
‘Sheila Levine está muerta y vive en Nueva York’, de Gail Parent.
Si te gustó Britget Jones, dale una oportunidad a Sheila Levine. Más ácida, menos esperanzadora, por decirlo de algún modo, pero divertida y honesta. Es un un mordisco a la sociedad neoyorquina de los setenta y deja un sabor agridulce en los labios.
Sushi para principiantes de Mariam Keyes.
He regalado tantas veces este libro… quien me conoce sabe que AMO a Marian Keyes con toda mi alma porque sabe ser horriblemente divertida, salvajemente íntima y emotiva hasta los huesos en una novela que se lee de una sentada.
‘Canciones de amor a quemarropa’, de Nickolas Butler.
Una historia sobre un grupo de amigos sobre los que el tiempo ha conseguido hacer mella pero salpicada de nostalgia, secretos, melancolía y una prosa tan, tan, tan bella que algunas de sus descripciones rozan la poesía
‘La casa de los espíritus’, de Isabel Allende.
Fue el primer libro que leí por rebeldía. Mi madre consideraba que aún era demasiado joven para entenderlo y lo guardó pero… décadas después de haberlo leído a escondidas sigue siendo uno de los libros que marcaron mi pasión por la literatura.
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