Aún recuerdo cuando la mayoría de las grandes revistas en Estados Unidos y una que otra mexicana publicaban una plana entera explicando por qué la era digital y la tendencia a lo inmediato que se avecinaba no era una amenaza para ellos, porque sus contenidos eran curados, exclusivos, no perdían la vigencia al día siguiente, porque la gente aún quería tener algo físico para sentir que habían pagado por real.
Eran interesantes argumentos, pero sospecho que no estaban del todo convencidos de lo que estaban diciendo. Sabían bien que vendría un cambio. Pues llegó el futuro y me quedó más que claro presenciando muchas de las cosas que se presentaron en el evento que Apple llevó a cabo el pasado lunes en Cupertino.
Claro, para el sector financiero la nota fueron las tarjetas de crédito y lo que sería de ellas. Para la mayoría de la gente los contenidos originales y la pregunta que flotaba en el aire, ¿ahora sí le había llegado la competencia a Netflix? Todas grandes preguntas, con muchas aristas y sí, sus críticos.
Pero lo que yo estoy viendo es un muy interesante giro a lo que podría ser la información, no solo en qué formato nos llega, sino la esperanza que el algoritmo que últimamente decide esto por nosotros no le gane a la mente humana.
¿A qué me refiero? Oprah Winfrey es, sin duda, la mujer que más ha influenciado la venta de libros en tiempos modernos. Una sola recomendación de su Book Club hacía la carrera de un escritor para siempre. ¿Y qué va a hacer esta mujer con Apple? Trabajar ese ángulo, generar discusión y sí, poner muchos, muchos libros (digitales en su mayoría pero igual) en el mapa. Eso sí es revolucionario.
Apple News + me emocionó mucho, aunque la verdad es que sé que falta un buen rato para que llegue a nuestro país. Y habrá que ver cómo serán los tratos con los medios participantes (en Estados Unidos empezaron por The Wall Street Journal y LA Times) para realmente curar ese contenido a modo que lo que hace a algún medio especial no se pierda, pero que sea absolutamente accessible. Ahí las revistas también tienen una gran oportunidad de reinventarse, si es que su participación es suficiente como para no intentar venderse en línea por, aproximadamente, la mitad de lo que costaría una suscripción mensual al servicio.
Como les decía, aún falta para que este servicio llegue a nuestro país. Es una economía distinta y los conglomerados mediáticos van a tener que aguantar estos tiempos duros para ver si alcanzan este futuro, si es que llega como tal. ¿Usted estaría dispuesto a pagar el equivalente a unos 200 pesos por tener acceso a toda esta información? ¿Los medios recibirán lo suficiente para que valga la pena? ¿O, como la industria de la música, lo harán a regañadientes?
Las revistas en México, con un par de tristes excepciones, están también pasándola mal. ¿Han pasado por un estante de revistas cualquiera últimamente? Ya venden de todo o parecen el museo de los TV Notas del pasado. No está fácil, pero se empiezan a trazar nuevos caminos. Y como decía, ojalá nunca dejemos atrás el toque humano en la información
Autor: Susana Moscatel
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