Concebido por su propio autor como un elocuente adiós a este mundo, este libro reúne sus poemas, canciones, ilustraciones y notas personales y conmueve con una melancolía irreverente.
Durante los últimos –y tortuosos- meses de vida del gran Leonard Cohen, la escritura se reveló como su único consuelo y su verdadero propósito. “Antes que nada, él era un poeta”, reconoció su hijo Adam que, cierta vez, buscando un tequila en la heladera de su padre, dio con un cuaderno congelado. Advirtió entonces que la casa estaba tapizada de papeles y servilletas manuscritas.
En sus poemas, canciones y notas personales, inéditas y publicadas, que esta recopilación reúne, el lector reconoce un fulgor presente en su obra literaria –esa llama a la que alude el título- que antes que encandilar, revela una melancolía que es a su vez irreverente. Y la fortaleza de su autor, que afronta con entereza su destino y le echa un último vistazo al mundo, a pesar de perder su fuerza; como quien ordena un cuarto antes de abandonarlo para siempre o toma nota de un periplo fascinante, como si fuera de otro. Cohen coquetea con la oscuridad pero para bailar en las sombras.
Autor: Verónica Abdala
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