El pasado 12 de julio el féretro del faraón fue transportado bajo fuertes medidas de seguridad del Valle de los Reyes, en la ciudad monumental de Luxor, en el sur del país, al Gran Museo Egipcio para hacer ser restaurado: es la primera vez que se hace desde que se descubrió la momia en 1922
Mucha paciencia y un extremo cuidado son las herramientas con las que los especialistas están trabajando para volver a dar lustre y restaurar al sarcófago del niño faraón Tutankamón, un proceso para el que se necesitarán alrededor de nueve meses.
«Esperamos que en entre 8 y 9 meses de trabajo podamos conseguir un buen grado de preservación», indicó hoy a los periodistas el ministro de Antigüedades de Egipto, Khaled El-Enany, en el Gran Museo de Egipto (GEM), que una vez que abra albergará los restos del faraón más famoso del mundo.
Armados con pinceles y espátulas, técnicos del GEM vestidos con bata blanca trabajan desde el 17 de julio en la recuperación del sarcófago exterior de Tutankamón en el primer proceso de restauración al que se somete desde que fue encontrado en 1922 en el Valle de los Reyes.
El pasado 12 de julio el féretro fue transportado bajo fuertes medidas de seguridad del Valle de los Reyes, en la ciudad monumental de Luxor, en el sur del país, al Gran Museo Egipcio para hacer el trabajo de recuperación.
«En el primer estudio que realizamos encontramos el sarcófago en muy malas condiciones de conservación entonces necesitamos aislarlo y esterilizarlo allí en la tumba», explicó Mostafa Waziry, jefe del Consejo Supremo de Antigüedades de Egipto.
«Fue un proyecto muy delicado porque el cofre es muy frágil, como podéis ver», indicó.
La primera etapa pasa por practicarle un proceso de fumigación de tres semanas y después seguirán con el resto del proceso.
La idea es que el trabajo esté terminado para el momento en que abra el GEM, previsto para 2020, y que el féretro de madera dorado y el sarcófago exterior puedan ser vistos juntos por primera vez desde que el arqueólogo Howard Carter descubrió la tumba del faraón.
La colección de Tutankamón es una de las más valiosas y más populares entre los turistas que visitan Egipto.
Por ello tendrá un espacio propio en el nuevo museo, donde se podrán ver la conocida máscara de vivos colores del faraón, sus sandalias y joyas, además de su trono de oro en galerías dedicadas enteramente al faraón.
El descubrimiento de la cámara mortuoria de Tutankamón, quien reinó entre 1332 y 1323 a.C. aproximadamente como parte de la XVIII dinastía, asombró a todo el mundo ya que fue el primer enterramiento de un faraón descubierto intacto y a salvo de los saqueadores de tumbas.
Tutankamón estaba enterrado junto al resto de faraones en el llamado Valle de los Reyes en la entonces capital egipcia, la antigua Tebas y actual ciudad de Luxor, en el sur del país.
Precisamente en enero fue presentado el resultado de una década de trabajo para recuperar la tumba de Tutankamón en el valle, un proyecto desarrollado por el Getty Conservation Institute (GCI) de Estados Unidos y que ha dejado la cámara mortuoria en mejor estado que cuando fue encontrada por Carter.
«Hicieron el trabajo más impresionante jamás hecho en una tumba en el mundo y salvaron a Tutankamón, salvaron la tumba», dijo entonces el renombrado egiptólogo Zahi Hawas.
Sin embargo, la alta afluencia de turistas a uno de los lugares de peregrinación de los aficionados a la arqueología de todo el mundo sigue siendo un gran problema para la preservación de las tumbas de los faraones.
Hawas advirtió entonces de que si no se cambia el modelo de gestión del Valle de los Reyes, «no durará otros 500 años» y subrayó que se necesita un «programa de gestión» y definir cuántas personas pueden entrar cada día a las tumbas, incluida la de Tutankamón, para garantizar que se puedan seguir visitando durante mucho tiempo.
Autor: Esther Alaejos
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