Argumento:
Estas son las memorias de un tabernero que antes de regentar el negocio fue un crío que se convirtió en leyenda. Asesino de reyes, apodado Sin Sangre, ladrón, mendigo y estudiante sobresaliente, expulsado de la universidad cuando otros todavía no tenían edad para entrar. Amó a mujeres, sobrevivió a la pobreza en las calles, a las palizas, y a la rabia de un enorme dragón… Compuso canciones que hicieron llorar a sus oyentes, fue acosado y traicionado, pícaro, músico y superdotado, mago y hechicero. Kvothe, el chico de pelo rojo cuyo nombre se pronuncia «cuouz» y significa «saber», narra a un Cronista que le reconoce la verdad sobre su vida.
¿Las leyendas sobre él son ciertas? Lo son.
Opinión:
Aunque parezca mentira, no todo el mundo ha leído ya «El nombre del viento», pero aún menos se habrán hecho con esta edición que es todo un lujazo en contenido y continente. Un diseño precioso, con el filo de las páginas de color rojo -como el pelo de Kvothe-, ilustrado con unos bellísimos dibujos que salpican las aventuras, otros extras que no estuvieron en el volumen anterior, tapa dura con sobrecubierta y si la anterior edición tenía más de ochocientas páginas, éste tiene más de novecientas. Es una edición ilustrada para conmemorar el 10º aniversario de su publicación en España.
Cuando lees una novela y cierras el libro con emoción, no es una gran idea hacer la reseña enseguida porque te puedes dejar llevar por la pasión, pero ¿qué pasa si transcurridos diez o quince días sigues opinando lo mismo? Pues eso pasa con «El nombre del viento». Magnífica, digna de entrar en la lista de las mejores novelas de aventuras de todos los tiempos con honores.
Si no la has leído aún debes saber que Patrick Rothfuss tiene una manera de relatar sus historias de forma que ni te enteras de que te has quedado pegado a ellas. Es sencillo en sus descripciones, no abusa para nada del lirismo, pero lo que cuenta es tan magnífico que quieres más. Adelanta píldoras, crea un misterio y lees para resolverlo. Kvothe es un misterio en sí mismo, de modo que su vida es una leyenda que se va diseccionando a lo largo del libro.
Kvothe, su personaje principal, es un tabernero de pelo rojo que cuenta sus memorias desde su niñez. Un niño que se equivoca muchísimas veces, tan real… Cuando más convencido está de que debe hacer algo de tal manera, cuando ya te ha convencido a ti, mete la pata hasta el fondo y se vuelve más humano: abandona el papel para hacerse de carne y hueso. Pero siempre encuentra la forma de volver a salir adelante. Es de un carácter férreo y envidiable.
No sabría decir qué me ha gustado más porque todo me ha tenido enganchada: su infancia junto a sus padres artistas, su orfandad, su vagabundeo, la capacidad de hacerse tan duro que las palizas ya no cuentan, sus temores a no ser el chico que le gustaría a Denna, su carácter positivo y su fuerza vital, sus inopinadas ideas -que tantas veces salen mal acercándote a él un poquito más-, sus motivaciones, su ímpetu, su gran iniciativa en cualquier caso que se le ponga por delante, su amor por la familia perdida y por los recuerdos, su afán por conseguir cosas imposibles y pelear por ello como si no hubiera un mañana, lo resolutivo que es, su gran fuerza de voluntad… Creo que nunca he dicho tantas cosas de un solo personaje y es que Kvothe es rico en matices, su personalidad es creativa y las condiciones en las que vive promueven que siempre pasen cosas y deba reaccionar necesariamente. Como personaje es, sin duda, de matrícula.
Pero no es el único que me ha gustado -ni lo único-. Kvothe trabaja con otro personaje que apenas ha sacado la patita y que al parecer es una raza muy particular (es un ser fata) de la que apenas sabemos un poquito: Bast; también me ha gustado su enamoramiento de Denna, una jovencita que es pura aventura, avispada como ninguna, y con la que estás deseando que haya algo más (pero ojo, durante toda la novela Kvothe apenas es un adolescente, le quedan años por delante y dos libros más para terminar la trilogía); también está la historia que mueve más a Kvothe, la de los Chandrian, averiguar qué clase de demonios son -porque sabe que existen aunque muchos lo nieguen- y acabar con ellos es su meta; su enemistad con dos profesores universitarios en particular y su rivalidad con un estudiante que le hace la vida imposible (Ambrose) también te mantiene pegado a las páginas… Hay otros personajes de la universidad que tienen mucho gancho, como ciertos profesores (un poco estrambóticos) y una joven que vive escondida en los subterráneos (Auri).
Con las muchísimas cosas que pasan en estas más de novecientas páginas, la novela termina siendo él todavía un adolescente, y prometiendo resolver más misterios que se leen en la segunda parte, «El temor de un hombre sabio» y que finalizarán cuando ya esté disponible el tercero de la trilogía, «Las puertas de piedra».
Recomendado no, recomendadísimo, a tal punto que admite todo tipo de lectores y edades. Y esta edición en particular es una joya. Mis seguidores de instagram seguro que vieron varias fotos del libro.
Autor: Anika Lillo
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