La muestra, que se verá en el Gran Palais, contará con 73 préstamos de instituciones de distintos países. Será la retrospectiva más completa hasta la fecha sobre el pintor en Francia
En la primera gran retrospectiva dedicada al Greco en Francia, coproducida entre el Museo del Louvre y el Grand Palais y que se inaugurará en este último el próximo día 16, no habrá cuadros del pintor griego procedentes de las colecciones del Museo del Prado. Las instituciones francesas reclamaron tres obras del artista, nacido como Doménikos Theotokópoulos (1541-1614): Una fábula (1580), La huida a Egipto (1570) y La Trinidad (1577). Pero ninguna obtuvo el permiso para salir. La razón que alega la dirección de la institución española es que se ha aprobado “una moratoria de préstamos para 2019”, año en que conmemora el 200º aniversario del Prado. “La mejor forma de celebrar el Bicentenario es mostrando íntegras sus colecciones”, puede leerse en el programa de la celebración.
Sin embargo, la propia institución se ha saltado esa moratoria en varias ocasiones durante este año: prestó para una exposición temporal de la National Gallery de Londres El tránsito de la Virgen (1462), de Andrea Mantegna, “una de sus más sublimes creaciones”, según el propio museo. El mantegna viajó después a la Gemäldegalerie de Berlín. Y volvió a hacer una excepción con el museo londinense dirigido por Gabriele Finaldi, exdirector adjunto del Museo del Prado, con la muestra dedicada a Sorolla. Era la primera “gran retrospectiva” del pintor valenciano en Inglaterra y el Prado mandó Y aún dicen que el pescado es caro (1894), Retrato de Aureliano de Beruete (1902) y Chicos en la playa (1909), una pintura clave en las salas dedicadas a Sorolla en el museo nacional.
El Prado volvió a renunciar a su moratoria con la Obra Social de La Caixa, que ha mostrado pinturas de Rubens, José de Ribera y Van Eyck en la exposición Arte y mito. Los dioses Del Prado. Este periódico ha preguntado al Museo del Prado por el número de obras prestadas desde el inicio del Bicentenario, pero la institución ha preferido no responder a la cuestión. Sí explican que la moratoria, “lógicamente, no afecta a compromisos previos ya adquiridos por el Museo del Prado o acuerdos plurianuales”. Sin embargo, la primera reunión que mantuvo Miguel Falomir, director del Museo del Prado, con el comisario de la muestra francesa, Guillaume Kientz, fue dos años antes de la celebración de la muestra.
El Grand Palais formuló una petición escrita al Prado y recibió una respuesta negativa el 28 de septiembre de 2017. A finales de octubre, una delegación encabezada por Sylvie Hubac, entonces presidenta del museo parisino y de la Reunión de Museos Nacionales (RMN) —poderoso órgano público que agrupa una treintena de importantes centros de arte franceses—, se desplazó a Madrid con el director científico de la institución, Emmanuel Coquery. Les acompañaron además Kientz y las otras dos comisarias de la muestra, Gloria Groom y Rebecca Long, del Art Institute de Chicago, donde la exposición recalará en marzo de 2020. Todos ellos fueron recibidos por Miguel Falomir, pero no lograron convencerlo.
“Los préstamos fueron solicitados de manera totalmente oficial por los comisarios, apoyados por la RMN y el Louvre”, asegura una portavoz del museo parisino, que afirma que se encajó esta negativa con deportividad. “La relación entre el Louvre y el Prado es inmejorable. Las instituciones tienen sus obligaciones respecto a las peticiones de préstamos, también en cuestiones de conservación, que nosotros respetamos”, señala. Por su parte, el Prado sostiene que “no se ha denegado ninguna obra porque no ha habido ninguna petición formal de ninguna obra”.
La muestra que presentará al artista al público francés cuenta con 69 pinturas del Greco sobre un total de 73 préstamos concedidos. De todas, 17 obras pertenecen a instituciones españolas como la Biblioteca Nacional de España, los museos Lázaro Galdiano de Madrid, el Thyssen-Bornemisza, el Nacional de Arte de Cataluña, el de Bellas Artes de Sevilla, el de Santa Cruz de Toledo, entre otros. También han cedido temporalmente grecos: Patrimonio Nacional, el cabildo de la catedral de Toledo, la colección de la Fundación Botín, la Fundación Casa Ducal de Medinaceli de Toledo y colecciones privadas como la de Plácido Arango y la de Juan Miguel Villar Mir y de Colomer, entre otros, han cedido sus Grecos.
“Simbólicamente, me hubiera gustado que el Prado también se sumase a la aventura. Insistimos todo lo que fue posible insistir”, sostiene Kientz, que hasta enero pasado ejerció de jefe de pintura española en el Louvre, antes de ser nombrado conservador de arte europeo en el Kimbell Art Museum de Fort Worth (Texas). Sin embargo, no hubo opción a negociar. “La versión del Prado siempre fue que, en el año del Bicentenario, no podían prestar ninguna obra. Entendemos que las salas no deban estar vacías en un año de aniversario, pero tal vez se podría haber encontrado una solución”, añade Kientz, que precisa que se habría conformado con solo una de las tres obras solicitadas. Para el comisario, la negativa fue “una sorpresa”, teniendo en cuenta las buenas relaciones que aseguran mantener los dos museos.
Impotentes ante la negativa del Prado, los responsables de la muestra aceptaron este desenlace en junio pasado, tras una última mediación in extremis de la embajada de España en París. “Si hubieran cambiado de opinión más tarde habríamos encontrado una solución, pero no sucedió. El Prado nunca mostró ambigüedad respecto a su posición”, indica Kientz. El Louvre habría propuesto incluso aplazar la muestra para facilitar el préstamo de las obras una vez terminada la moratoria, pero no fue posible. “La exposición no podía ser retrasada, porque la segunda etapa en Chicago ya había sido decidida y no podía ser desplazada”, asegura una portavoz del Grand Palais.
Leer más en: https://elpais.com/cultura/2019/10/02/actualidad/1570034539_621683.html