Nueve novelas negras, y un ‘true crime’ para esta temporada

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El género está lleno de novedades de las que hemos seleccionado lo mejor. Grandes nombres, grandes historias y alguna pequeña sorpresa para no dejar de leer.

Aquí compartimos una selección de entre los muchos estrenos de estos meses. Como siempre, lo que está no es todo lo que hay, ni todo lo que he leído, pero sí todo lo que puedo avalar y recomendar. Pasen y lean.

Esta tormenta, James Ellroy (Random, traducción de Carlos Milla). Comentaba el otro día mi querido y admirado compañero Guillermo Altares, fan absoluto de Ellroy, que las novelas de este cuarteto se le hacían bola, que ya con Perfidia se cansó y que el ritmo de esta es brutal pero que llega un momento que no puede más. Yo me empapé de principio a fin de esa prosa obsesiva y cortante, de ese universo de policías corruptos y gente desesperada, de esa ciudad siempre al borde del caos, de ese mundo racista y perdido. A todo esto, en esta ocasión hay que unirle dos grandes personajes femeninos: Kay Lake, que ya estaba en la primera entrega, y Joan Connelly, de lo mejor que ha creado Ellroy. El punto de partida de la novela retoma el argumento donde lo dejó en Perfidia y volvemos a tener a Dudley Smith y a sus jefes, gran y atormentado Whisky Jackson, y al forense Ashida como grandes referentes de la narración. Hay violencia y estilo, hay miseria humana y gran literatura. Yo ya estoy esperando la tercera parte de este segundo cuarteto de Los Ángeles.

El secreto del olmo, Tana French (AdN, traducción de Julia Osuna). Cuando leí en The New York Times que esta era la mejor novela de French me dije: “Espera un momento. ¿Es mejor que Faithful Place o Intrusión? Porque eso son palabras mayores”. Pero cuando llevaba 100 páginas de esta monumental indagación en la destrucción psíquica y moral de un tipo al que todo le iba bien hasta que deja de irle ya estoy convencido de que es así. Y tiene el control del ritmo y de los personajes que ha hecho de French una de las principales autoras del género en todo el mundo. No se puede contar mucho más. 

Devoradores de sombras, Richard Lloyd Parry (RBA, traducción de Jorge Rizzo). Los true crime -género que ya era hora de que en España se empezaran a publicar con regularidad- tienen una larga tradición en el mundo anglosajón. De ahí han salido maravillas y basura oportunista. Este libro sobre la desaparición en Japón de la joven Lucie Blackman pertenece a la primera categoría. Obsesionado con el caso, Parry estuvo 10 años estudiando el tema, investigando, pasando grandes temporadas con los familiares, observando, desde todas las ópticas posibles, el destrozo que un suceso así supone para la vida de los que se quedan. También, de paso, supone una extraordinaria indagación en el mundo criminal japonés y del peculiar universo legal y policial de este país. Y, de regalo, se topó con los mismos obstáculos que todos los que querían saber la verdad y quedó tocado con el caso. Un libro especial.

El embalse 13, John. Mac Gregor (Libros del Asteroide, traducción de Concha Cardeñoso). Un apacible y pequeño pueblo inglés se ve sobrecogido por la desaparición de una niña. La excusa criminal es aquí usada con habilidad por John Mac Gregor para tejer una prosa llena de referentes a la naturaleza. A través de su relato, suave y profundo, Mac Gregor nos cuenta el día a día de las gentes del pueblo, lo que hacen para sobrevivir y ser felices, cómo les afecta la desaparición, que poco a poco van olvidando. La participación, breve, de los padres de la niña a lo largo del texto subraya el dolor de quienes se quedan, de los que sobreviven. El autor ganó el Costa en 2017 y quedó finalista del Booker con un libro que es mucho más que una narración eficaz.

La luz azul de Yokohama, Nicolás Obregón (Black Salamandra, traducción de Maia Figueroa). Nacido en Londres, educado entre Madrid y Reino Unido, fascinado por Japón y habitante de Los Ángeles, el periplo vital de Obregón le ha permitido volcar sus pasiones y su fascinación por el género en esta primera novela de una trilogía (la tercera sale en el mercado británico este otoño) que tiene como grandes virtudes un personaje muy poderoso (Iwata, policía con un pasado más que complejo, unas maneras ortodoxas, un Deckar japonés) muy bien acompañado, una trama con asesino malvado que funciona sin problemas y una indagación en el particular universo criminal japonés (y en quienes luchan contra él) llena de conocimiento e integrada de maravilla en el texto. Un libro con el tono justo de melancolía, con el homenaje adecuado a los clásicos que el autor admira y que te deja con ganas de seguir inmediatamente con Iwata, sus investigaciones y su vida miserable, más allá de estas páginas.

Una historia demasiado familiar, Rosa Ribas (Tusquets). En este caso cedo la palabra a mi compañera Laura Fernández, lectora empedernida y fina en la criba. Dice: “Rosa Ribas se estrena en Tusquets con la historia de una familia de detectives que tiene tanto de drama de enredo como de noir costumbrista alejado de los tópicos”. O, resumido por la autor: “¿La verdad? Quería contar una historia familiar, ¿y por qué no podía mi historia familiar adoptar la forma de una novela negra? ¿De qué están hechas las familias sino de secretos? ¿Y qué hacen los detectives sino sacar a la luz secretos?”

Una historia demasiado familiar, Rosa Ribas (Tusquets). En este caso cedo la palabra a mi compañera Laura Fernández, lectora empedernida y fina en la criba. Dice: “Rosa Ribas se estrena en Tusquets con la historia de una familia de detectives que tiene tanto de drama de enredo como de noir costumbrista alejado de los tópicos”. O, resumido por la autor: “¿La verdad? Quería contar una historia familiar, ¿y por qué no podía mi historia familiar adoptar la forma de una novela negra? ¿De qué están hechas las familias sino de secretos? ¿Y qué hacen los detectives sino sacar a la luz secretos?”

Aves del paraíso, Luisa Etxenike y James Ellsworth (Nocturna). Este es, sin duda, el libro más extraño de la lista. La prosa hipnótica de Etxenike acompañada de las maravillosas ilustraciones de Ellsworth dan como resultado un libro inclasificable, profundo, que combina un lenguaje fragmentado y sinóptico con una indagación, la de un hombre que llega a su casa y la policía le pide la documentación porque los vecinos denuncian que, aunque el lugar está normalmente vacío, hay veces que ven luz. Y él parece un vagabundo y la policía no se fía. Y el vagabundo vagabundea y busca, y vamos con él, lectores fieles, atrapados hasta el final.

Una bala con mi nombre, Susana Rodríguez (Harper Collins). Thriller rapidísimo con todas las cosas buenas (y algunas menores de lo no tan bueno) del género en su vertiente más espectacular. Muy entretenida narración de las aventuras, los problemas y los dilemas de Zoe Bennett, una restauradora de arte de Boston que se ve implicada en un robo y algo más. Quédense con el nombre porque el personaje -con sus complejidades, su lejanía de cualquier tópico y su descaro- son la gran virtud de esta novela.

Los crímenes del Ártico, Mads Peder Nordbo (Planeta, traducción de Enrique Bernárdez). Ahora que Groelandia está de moda después de la idea de ese señor que gobierna Estados Unidos de sacar la chequera para comprar la isla llega este thriller ambientado allí. Matthew, un periodista quemado a la caza de su gran exclusiva (el hallazgo de la momia que resolverá el misterio de por qué desaparecieron los nórdicos de allí en el siglo XVIII) es el hilo conductor de este divertimento en el que enseguida todo se complica, hay un asesinato y una extraña conexión con otras muertes sin resolver en los años setenta. Se lo cuento de manera sucinta y les aviso: no lean la contraportada si no quieren echar a perder un tercio del libro. La información sobre Groelandia que va intercalando con la acción enriquece la lectura de esta novela ideal para una tarde lluvia ahora que llega el fresquito.

Autor: Juna Carlos Galindo

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