Diferentes iniciativas impulsan la creación y difusión de versos que expresen los sentimientos que provoca la crisis del coronavirus
Llamada al 659 86 10 32. Una voz saluda y empieza a recitar un poema de Gata Cattana. “No aman de igual forma / los ricos y los pobres…”. Es el teléfono de Poesía de Emergencia. Como el de la Esperanza, funciona a través de voluntarios desde hace dos años. Pero ha sido a raíz del estado de alarma cuando la línea ha empezado a recibir más y más peticiones de versos. Hasta un promedio de 350 a la semana.
“Al principio no me creía que la gente quisiera escuchar tanta poesía”, explica Edu Bernal, uno de los impulsores de la iniciativa que atiende las llamadas desde cuatro puntos de España: Sitges, Madrid, Bilbao y Granada, y cuyo éxito esta semana se ha exportado a Bélgica y Austria.
Poesía en las redes sociales
Pero es sobre todo en las redes sociales donde la poesía más aflora estos días con multitudes de propuestas nacidas desde el confinamiento que invitan a compartir en forma de verso la situación actual y los sentimientos que genera.
“La poesía puede ser un flotador”, comenta Blanca Llum Vidal, una de las últimas poetas en colaborar en la cuenta de Twitter de Poeta de guàrdia, a pesar de que las circunstancias actuales con el recuento diario de muertes sea para ella “cero inspirador”.
La iniciativa, que arrancó el 14 de marzo, invita cada día a un poeta a recitar un poema propio escrito para la ocasión. El primero fue Josep Pedrals, uno de los promotores, que asegura que “la poesía puede ser una herramienta curativa”. De momento ya hay un buen poemario coleccionado con voces como las de Irene Anglada o Biel Mesquida.
En Instagram ha alcanzado popularidad Inversos, una cuenta que tiene como objetivo “tratar de contribuir a hacer más llevadero el confinamiento a través de la poesía”, según Rubén Ferrández, responsable de la propuesta. En este caso, se trata de un desafío poético que inició Jota Santatecla, conocido como el poeta del metro.
Él pasó el reto de escribir un poema inspirado en la crisis actual a Nerea Delgado, que disponía de 48 horas para publicarlo. Y la cadena ha seguido y seguirá hasta que termine la cuarentena. Después, el resultado quedará recogido en un libro que pretende dejar testimonio de los sentimientos durante este periodo.
En paralelo, la cuenta empezó a recibir la participación de personas no retadas, desde profesionales a amateurs. “Tenemos más de 400 poemas que vamos publicando en una sección que hemos llamado ‘Todos somos poesía’, lo que da a entender el grado de implicación de los ciudadanos en expresar sus emociones”, valora Ferrández.
Otras propuestas también han despertado la inspiración colectiva, como la lanzada por el componente de Txarango Alguer Miquel con la etiqueta #PoesiaEnQuarantena. “Animo a quien le apetezca a publicar y compartir sus poemas”, propuso y la respuesta no tardó en llegar. Actualmente ya se han superado los 300 poemas.
“La poesía da un poco de calma en estos momentos tan complicados, se comparten emociones y nos hace más libres desde nuestras casas”, considera Jota Santatecla. Quizás por eso, la escritora Care Santos, que vio cómo el estado de alarma impedía que saliese a la venta su última novela, ha decidido compartir a diario un vídeo en sus redes bajo el título “píldoras de poesía”, en los que recita a sus poetas preferidos. Ayer, a Ida Vitale con su soneto ‘Caracol’, que “deseoso de un mejor futuro / ha decidido cambiar de casa”, algo que de momento parece poco viable.
Autor: Sílvia Colomé
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