Durante las últimas décadas del siglo XIX y la primera mitad del siglo XX París fue el centro y la capital de la renovación artística, pero el estallido de la Segunda Guerra Mundial y la ocupación de la ciudad por las tropas alemanas alteró por completo la situación.
Otros países como Estados Unidos asumieron el papel de centros de refugio de la cultura frente al fascismo, convirtiéndose así Nueva York en un baluarte de la vanguardia.
El crítico Clement Greenberg y otros centraron su atención en la obra de Jackson Pollock, como pintor representante del nuevo arte norteamericano, y a partir de 1945 se aprecia un interés creciente por la vanguardia norteamericana, apoyado por los medios de comunicación y la euforia por la victoria en la guerra. La irrupción de la vanguardia norteamericana se basaba fundamentalmente en una tendencia: el Expresionismo abstracto, bajo cuyo nombre cabían múltiples orientaciones pero todas ellas bajo el signo de la abstracción. Se trata de una generación o comunidad de artistas concreta, centrada en Nueva York desde los años cuarenta y que dura, aproximadamente, una década. Posteriormente se extendería por todo el mundo.
Junto a Jackson Pollock, destacan en este grupo: Franz Kline, Willem de Kooning, Clifford Still, Mark Rothko y Barnett Newman.
Las manifestaciones más importantes del arte europeo del siglo XX han sido, por lo menos a los ojos de los norteamericanos, el cubismo y el surrealismo, y por eso mismo, este expresionismo abstracto tendrá su origen en ambos, aunque lo acabarán rechazando.
Dentro de esta corriente se debe destacar la «pintura de acción» o «action painting» (Pollock, Kline y De Kooning). Su centro de interés es el gesto o movimiento de pintar, llamándosela también «pintura gestual». Se hace del acto de pintar un gesto espontáneo. Es un tipo de automatismo que plasma el estado físico y psíquico del pintor.
Jackson Pollock – Convergence (1952) Albright-Knox Art Gallery © 2010 The Pollock-Krasner Foundation / Artists Rights Society (ARS), New York |
Pero también hay que destacar otra corriente dentro del expresionismo abstracto: la «color field painting» o «pintura de campos de color», más simple y calmada, centrada ya no en el gesto sino en el color y cuyo ejemplo más significativo es la obra de Mark Rothko.
Mark Rothko – Sin título (1952-3) Guggenheim Bilbao Museoa |
Características generales del expresionismo abstracto:
– Preferencia por los grandes formatos
– Uso del óleo sobre lienzo
– Eliminación de la figuración (abstracción)
– Concepción de la superficie de la pintura como «all-over» (no hay jerarquía ni límites)
– Cromatismo muy limitado
– Representan la angustia y el conflicto
Autor: Miriam Bueno
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