‘La bruja Leopoldina’ se incluirá en un volumen con relatos autobiográficos de juventud del escritor vallisoletano, fallecido en 2010
Un Miguel Delibes de juventud y para niños. Así es el cuento inédito que la editorial Destino ha anunciado hoy, jueves, que publicará el 26 de abril, encabezando un volumen de relatos del escritor vallisoletano, fallecido en 2010, titulado La bruja Leopoldina y otras historias reales. Este inédito, el cuento sobre la bruja Leopoldina, es un breve manuscrito creado por el novelista cuando tenía 18 años. El texto, que está acompañado de una ilustración dibujada por el propio Delibes, «es el primero del que se tiene constancia» de este autor, ha informado la editorial en un comunicado.
El libro La bruja Leopoldina y otras historias reales está previsto que se presente en Madrid. Esta obra, de 256 páginas, reunirá también varios relatos autobiográficos de los primeros años del autor, incluidos en dos obras ya publicadas: Mi vida al aire libre y Tres pájaros de cuenta. En estos cuentos, el autor de Cinco horas con Mario mostró «la belleza del mundo natural y el placer de disfrutar de ella a través de la observación, el paseo y el deporte, que permiten que el ser humano conecte con la tierra», añade Destino.
Fuentes de la Fundación Miguel Delibes, que custodia y estudia su legado literario, han informado a EL PAÍS de que el primerizo La bruja Leopoldina es «una serie de rimas» sobre una hechicera que «entra por una chimenea». El cuento fue encontrado durante las tareas de organización del archivo del escritor, en el interior de una carpeta fechada en el verano de 1939. El manuscrito estaba entre varios papeles con caricaturas realizadas por Delibes cuando este firmaba como Max (un seudónimo formado por las iniciales de Miguel, del nombre de su entonces novia, Ángeles, y la X representaba la incógnita del futuro). Delibes publicó esos dibujos a partir de octubre de 1941 en el periódico El Norte de Castilla, del que fue director 17 años después.
Cuando Delibes escribió el cuento, acababa de finalizar la Guerra Civil. La fundación del escritor informa en su web de que, en 1938, «ante la inminencia de ser movilizado y destinado a infantería», el joven tomó «la decisión de enrolarse como voluntario en la Marina. Para formarse le envían al buque escuela Galatea y posteriormente le destinarán al crucero Canarias«. Ese Delibes en ciernes se inclinó finalmente por la literatura y no por la ilustración gracias, sobre todo, a una abuela muy lectora.
En un artículo publicado en 1983, en el diario Abc, titulado Escribir para niños, Delibes describía las características de este tipo de literatura: «Tema adecuado, linealidad y brevedad. El primero no tiene que ser ñoño, pero sí ha de caer dentro de su mundo o excitar su imaginación». También recomendaba que el cuento no se enrede «en circunloquios, divagaciones complementarias, alardes descriptivos, ni personajes marginales». Su conclusión era que «un relato exento, desnudo es lo que el niño exige». Y cita a José María Sánchez-Silva, el autor de Marcelino pan y vino, para advertir de que escribir para niños, «no es escribir para tontos, sino lo contrario, un ejercicio de afinamiento de nuestras facultades».
Delibes (Valladolid, 1920-2010) se dio a conocer como novelista con La sombra del ciprés es alargada, que ganó el Premio Nadal en 1947. Entre su extraordinaria obra, destacan Mi idolatrado hijo Sisí, El camino, Las ratas, Cinco horas con Mario, Las guerras de nuestros antepasados, El disputado voto del señor Cayo, Los santos inocentes, Señora de rojo sobre fondo gris o El hereje. El escritor fue galardonado con el Nacional de Literatura (1955), el Premio de la Crítica (1962), el Premio Nacional de las Letras (1991) y el Cervantes (1993). Desde 1973 fue miembro de la Real Academia Española.
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