El narrador, ensayista y traductor, quien hoy llega a los 85 años, es reconocido por su trayectoria en las letras y en la difusión cultural.
Es considerado como “el mejor escritor en lengua española de nuestro tiempo”, por autores como Enrique Vila-Matas. A sus 85 años, las novelas de Sergio Pitol son consideradas ejercicios de estilo que, mediante un humor refinado, ofrecen una mirada desencantada de la realidad.
Destaca su Trilogía del carnaval, formada por El desfile de amor, Domar a la divina garza y La vida conyugal.
Su obra se aleja de las tendencias literarias predominantes en las letras hispanoamericanas de su generación y sobresale por su carácter erudito e irónico.
La última vez que se le vio en público en Xalapa, ciudad en la que radica desde 1993, fue el 25 de junio de 2015 en una charla de académicos sobre su obra. Llego caminando solo, pero desde 2014 ya estaba incapacitado, según su sobrina Laura Deméneghila.
En 2009, Pitol fue diagnosticado con Afasia primaria progresiva no fluente, y cuando quedó imposibilitado para comunicarse por el daño neuronal, decidió retirarse mediante un anuncio oficial y con la publicación de Una autobiografía soterrada.
Durante un evento público en julio de 2010, el también traductor se refirió a dicho libro como “el final de mi obra”. En el mismo foro, entre aplausos del auditorio, contó que durante cinco o seis años Monsi (Carlos Monsiváis), Pacheco (José Emilio) y él hablaron sin tregua de literatura. Los tres grandes amigos vieron cientos de películas, obras de teatro, exposiciones y marcharon en las calles para exigir justicia.
De sus volúmenes de cuentos destaca Nocturno de Bujara, con el cual ganó el premio Xavier Villaurrutia. Durante su trayectoria fue reconocido con importantes galardones; sin embargo, el poblano calificó al Premio Cervantes que recibió en 2005 como lo mejor que me ha pasado en la vida.
Poco después, por su deteriorada salud y sin descendencia, el autor quedó en medio de un pleito legal por su custodia entre las autoridades de Veracruz y familiares.
Actualmente, Pitol es atendido por su familia y por especialistas: un geriatra, un neurólogo y su médico general.
Le realizan estudios cada 15 días y recibe masajes en el cuerpo a diario. “En ningún momento mi tío ha estado incomunicado”, afirmó su sobrina sobre su salud.
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