Los editores pierden espacio en 50 casetas de la feria del libro de Madrid este año

0

El sector ha abandonado la comisión organizadora del evento por discrepancias con las decisiones de los libreros y distribuidores.

La vieja pugna entre libreros y editores tiene este año un nuevo capítulo a unas semanas de que se celebre la Feria del Libro de Madrid. Este año, la comisión organizadora ha decidido que no podrán participar los especialistas es facsímiles, como el año anterior quedaron fuera los que se dedican a la autoedición. Medidas como estas, contra las que los editores no pueden hacer nada, incomodan al gremio, que decidió en una asamblea no participar más en esta comisión, en la que también se sientan los libreros, con el voto de calidad de la presidenta, y los distribuidores. El disgusto es aún mayor, porque este año, 50 casetas entre las que contaban con cuatro metros pasarán a tener solo tres. Esta reducción afecta a los editores, no a los libreros.

En total serán 130, según los datos ofrecidos por el director de la feria, Manuel Gil, las que tendrán solo tres metros. “El problema es el espacio. En plena crisis el mundo editorial ha crecido y todos quieren tener su caseta, es lógico. Hay 750 empresas agremiadas en la industria editorial española y solo 367 casetas en el Retiro madrileño, 201 para los editores, según las cifras del año pasado”. Gil garantiza que el 95% estará representado en la feria y asegura que pronto se reunirá con los editores para buscar soluciones para el futuro porque la situación no irá a mejor en cuestión de espacio.

A finales de este mes se procederá al sorteo para obtener una caseta en el parque madrileño, que presta un paseo de 1,3 kilómetros cada primavera para celebrar la feria. ¿Podría ser mayor? Las encuestas entre los asistentes revelan que ya se les hace larga la caminata, dice el director de la feria. Además, la tendencia entre los responsables del parque es a reducir las actividades que se celebran allí, no a incrementarlas. La maratón que antes se pasaba por allí ha cambiado su recorrido, por ejemplo. Pero la feria seguirá como siempre, garantizan en el Ayuntamiento.

Los editores se ausentaron en la última reunión de la comisión organizadora. No quieren participar de las últimas decisiones que no les son favorables. “Estaremos en la feria y queremos que sea un éxito, pero no podemos participar de estas decisiones que se toman en la comisión organizadora, como dejar fuera a los de facsímil o la autoedición. Nos hemos reunido para constituir un grupo de trabajo y hablar de esto, pero todavía no se ha propuesto nada en concreto para solucionar esto”, explica Miguel Barrero Maján, presidente de la Asociación de Editores de Madrid.

Los libreros apuntan sencillamente a la falta de espacio. “Esto es una feria de libreros. Pero para que entren más editoriales han de reducir metros. El Ayuntamiento nos apoya mucho pero quieren ir sacando actividades del parque y nosotros no queremos cambiarnos de sitio así que tendremos que convivir en el espacio que hay”, dice Reyes Díaz, presidenta de los libreros de Madrid. Y Fernando Valverde, también de gremio y secretario en la comisión organizadora, recuerda: “Los únicos que pierden margen de ganancia en la feria son los libreros, el resto hace negocio neto por unos días”.

Juan Casamayor, responsable del sello Páginas de Espuma, es comprensible con la necesidad de organizar un espacio limitado ante una demanda que no para de crecer y agradece el trabajo de Manuel Gil. Entiende que haya que recortar algunos metros “para favorecer la bibliodiversidad”, pero recuerda que esa diversidad la aportan los editores, “sobre todo los independientes”. Quizá, dice, debiera “haberse gestionado este problema antes” y propone como una solución posible “la bonificación en el precio por metro de caseta para aquellos que acudan agrupados. “Si cuesta unos 600 euros el metro, la caseta te sale por unos 1.800 euros” los días que dura la feria, dice. Recuerda hace años, en 2002, cuando nació Páginas de Espuma. “Tenía 20 libros y cuatro metros, casi no sabía cómo decorar aquello, pero ahora, que todo ha crecido…”.

La misma actitud conciliadora muestra Diego Moreno, de Nórdica y portavoz, en este caso, del grupo contexto, que integran también Libros del Asteroide, Impedimenta, Periférica y Sexto Piso: «Hay que poner sentido común y sensatez. La feria debe mantenerse, de ella nos beneficiamos todos, no hay que hacer una guerra. Los libreros son nuestros aliados y el referente de la feria. Debemos buscar fórmulas para compartir este espacio, que es el que es, el Ayuntamiento no da más». Moreno sabe que la mayoría de las casetas son para los editores: «Es verdad, poner una editorial es más fácil que montar una librería, crecemos más y eso se refleja en la feria», señala.

Ver más en:

https://elpais.com/cultura/2018/04/05/actualidad/1522943162_665458.html

Leave A Reply