El estudio Selgascano ha proyectado un pabellón flotante, que transforma el tranquilo canal de Coupure en una inesperada propuesta.
Bajo el lema la «ciudad líquida», que pretende reflexionar sobre el futuro de la urbe y el papel de sus habitantes en sus transformaciones, en la ciudad belga de Brujas se presentan instalaciones y obras con motivo de su Trienal de Arte, que celebra su segunda edición desde mayo hasta mediados de septiembre.
La iniciativa buscan vivir Brujas desde la perspectiva del contraste entre el pasado y el futuro. Las obras de arte se intercalan entre calles y monumentos e incitan a turistas y habitantes a experimentar dentro del paisaje homogéneo y las rutinas del lugar.
Como parte del programa, el estudio Selgascano ha proyectado un pabellón flotante, que transforma el tranquilo canal de Coupure en una inesperada propuesta que sus autores def playa tropical. Se trata de una estructura de madera amarilla que flota sobre el agua se agujerea en su parte central para crear una piscina. El proyecto, además, una plataforma para que las personas pueden descansar antes del chapuzón dentro del pabellón.
La intervención está compuesta por un túnel de plástico con paredes semitranlúcidas que cambian color según la incidencia de los rayos de sol. Desde el interior los tonos rosas y naranjas ofrecen vistas coloreadas de las fachadas de ladrillo y tropicalizan el habitual cielo gris belga.
Como es habitual, además, en el trabajo de Selgascano, la experimentación con nuevos materiales fue uno de los principales retos del proyecto, la estructura del pabellón es un tejido plástico que se utiliza en la industria textil tensada con un esqueleto de acero.
Ver más en: Clarín