El arte constructivo de Miguel Prypchan

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Hasta el próximo 20 de julio estará abierta la exposición “Infinito geométrico”, del artista venezolano Miguel Prypchan. La misma fue inaugurada el pasado 27 de abril en el Museum of Geometric and MADI Art, en Dallas, Texas.

El trabajo con la geometría, en conjunción con los medios digitales y el dominio de diversas técnicas aplicadas a la escultura en metal, distinguen de manera muy particular la obra del artista venezolano Miguel Prypchan (Caracas, 1974). En efecto, su obra no pasa desapercibida, en parte, por su impecable acabado; y por otro lado, porque al verla, ella se impone: tiene personalidad.

Miguel no es un escultor de volúmenes pero los sugiere. No lo es porque no se sustenta en la masa. Trabaja desde el plano. Sin embargo, su obra se basa en un juego de apariencias: con el volumen y con el color.

Su proceso comienza con el signado de los cortes y dobleces que va a realizar sobre la lámina de metal. De este modo, las formas poligonales previamente concebidas aparecen a través de plegaduras, empates y cortes aplicados al metal. Las formas resultantes adquieren esa identidad específica, triangular y poligonal, propia del estilo de este escultor. Esta condición es aún más concluyente cuando trabaja el color.

La iridiscencia: un particular elemento expresivo

El color en la obra de Miguel Prypchan está indisolublemente relacionado con la luz. Los dobleces posibilitan visualizar los cambios tanto de luz como de color. Este efecto en particular se conoce como iridiscencia. En ello intervienen varios factores. En primer término, la técnica y los materiales empleados; en segundo lugar, la interacción del espectador con la obra. En el primer caso, los cambios lumínicos y cromáticos dependen del tipo de pigmentos utilizados y, muy especialmente, del modo como estos son aplicados, pues cada lámina es trabajada con capas de color. El procedimiento consiste en aplicar y dejar secar cada capa de pintura y, entre estas, trabajar las transparencias utilizando ‘partículas perladas’. Este proceso se va repitiendo sucesiva y alternadamente, y, según el espesor existente entre las capas, se produce una translucidez y un efecto iridiscente en el color que es el que caracteriza la escultura de Miguel. El movimiento del espectador y la incidencia de la luz potencian este efecto que se conoce, precisamente, como iridiscencia, llamado también, interferencia constructiva. El color y los valores tonales de la obra varían según el punto de vista del espectador durante su desplazamiento y según el ángulo en que se la observa. Se produce, entonces, un acontecimiento de carácter cinético: la obra se transforma ópticamente ante la mirada del espectador. Su desplazamiento, en definitiva, no solo implica una manera de interactuar con la obra sino también de considerar, por ello mismo, el tema de la temporalidad. Todo movimiento o desplazamiento supone una sucesión temporal y, en este transcurso, se ven las facetas variables de la obra.

Arte constructivo

Si bien una pieza de Miguel Prypchan puede percibirse de diversas maneras según el desplazamiento del espectador, no por ello el artista la define como cinética. El cinetismo, por tradición cultural, es una referencia indiscutible en su trabajo. Se producen efectos cinéticos tanto por el movimiento del espectador, como por las transformaciones ópticas a través del color. Su obra presenta efectos cinéticos, sí, pero sobre todo ella se caracteriza más bien por su sentido constructivo. La geometría y el color son las herramientas que le permiten, justamente, la construcción de su estilo particular.

Miguel Prypchan profundiza cada vez más en la abstracción pura y en la geometría como lenguaje. The Air Square, pieza exhibida en 2017 en Biennial: Origins in Geometry, exposición realizada en el Museum of Geometric and MADI Art, es un ejemplo elocuente. La obra se construye a partir de una visión ambivalente del cuadrado, pues aquí se juega con su imagen: el artista forza su forma, lo estira y lo hace visible, paradójicamente, a partir del vacío. De allí su nombre, cuadrado de aire. La pieza puede apreciarse bajo múltiples vistas cuando el espectador le da la vuelta. En el tríptico titulado Perspectivas invertidas (2017), los dobleces de la lámina, más la relación de luz y de sombra, crean una interesante ambigüedad óptica debido a la ambivalencia generada entre entrantes y salientes. El blanco, además, potencia la sensación de luz. El artista, de este modo, se centra en la riqueza visual de sus elementos de expresión.

Arte y diseño

La relación del artista con diversas áreas del diseño es estrecha. Lo vemos en su pasión por los automóviles de colección como en su gusto por el diseño de objetos y de mobiliario. Él mismo diseña. Aplica su visión constructiva en la elaboración de algunos objetos por él creados, como una silla de madera realizada a partir de piezas triangulares ensambladas. Su forma se relaciona de alguna manera con los dobleces triangulares que predominan en su obra artística. Bajo un criterio similar, creó los cascos que complementan los vestidos que el diseñador de moda Óscar Carvallo presentó en su desfile Voyage cinétique II, realizado en el Pérez Art Museum a finales de 2017 (1). Estos cascos fueron concebidos para ser usados en la cabeza de las modelos y son accesorios de los vestidos. Presentan igual criterio constructivo, destacándose, además de las formas angulares, la iridiscencia del color. De este modo, se propició, en este evento, la integración de tres disciplinas: moda, arte y diseño.

Todo ello muestra que Miguel Prypchan es un artista de su tiempo. Ante un mundo plural y globalizado como el que vivimos, integrar el arte con el diseño, además de útil, es también una manera de afinar el sentido del gusto por lo cotidiano. Lo cierto es que él asume ambos oficios con creatividad y disciplina, en constante búsqueda de la belleza y la perfección.

Ver más en: El Nacional

 

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