“La literatura está por encima de las artes visuales”

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La creadora de origen palestino recibe en Menorca el Premio Trobades Albert Camus

Cuando estalló en 1975 la guerra civil en su tierra natal, Líbano, Mona Hatoum (1952) estaba estudiando en Londres. Se quedó. Con el tiempo se convirtió en una de las creadoras más relevantes del arte contemporáneo, no solo del británico, pero nunca olvidó sus orígenes palestinos. Al menos, sus obras, que se pueden ver en los mejores museos, como el Pompidou o la Tate Modern, remiten a una situación de confinamiento, de opresión. Rejas, jaulas, alambres de espinos pueblan sus instalaciones, vídeos y performances; sus objetos domésticos están electrificados, sus cunas, descarnadas; sus mapas son efímeros y sus globos terráqueos trazan un mundo en continuo conflicto. Los objetos de Hatoum aterrorizan pero también provocan una sonrisa surrealista o absurda.

“Mi obra no tiene relación directa con Palestina. Prefiero quedarme en una zona de connotaciones, de significados. Quiero ser universal. No me gusta hablar de esa situación, que es muy íntima y emocional para mí. A través de mi obra, que cada uno piense lo que significa”, explica la artista en una antigua finca señorial rodeada de muros de piedra seca, horas antes de recibir el viernes el primer premio Trobades Albert Camus, dotado con 15.000 euros. Fue en Sant Lluís, la plácida población menorquina donde nació Catalina Cardona, la abuela española del escritor francés.

“Cuando leo a Camus me acuerdo de mi juventud rebelde, fue una gran influencia. Me identifico con su filosofía del absurdo y su idea de rebelión. Me gusta su pesimismo soleado. La gente me dice que mi obra es oscura, pero creo que hay luz, hay contacto entre lo serio y lo que es humor. Siempre hay una tensión entre las connotaciones pesadas por los materiales y la forma abstracta reproductiva. Algo hermoso y a la vez peligroso, amenazante y atractivo”, señala a este diario.

“Me sentí muy orgullosa cuando supe de este premio dedicado a Camus porque es una forma de mantenerlo vivo”, incide la artista sobre el galardón bienal que se concede de forma alterna a la celebración de les Trobades Literàries Mediterrànies Albert Camus, promovidas además por el Ayuntamiento de Sant Lluís y el exministro socialista de Exteriores Miguel Ángel Moratinos. “Pero también me sentí extraña”, prosigue Hatoum, “porque soy artista y nunca he considerado que la literatura y el arte estén en el mismo nivel. Jerárquicamente, la literatura está por encima de las artes visuales, que no tienen palabras, y por tanto, es todo interpretación”.

Una afirmación sorprendente en boca de un artista visual. “Bueno, también es verdad que en Gran Bretaña las personas no son muy visuales. La literatura y el teatro están mucho mejor considerados que las artes visuales, que siempre son dejadas de lado, no se comprenden bien, y se asocia a la gente elitista”.

Hatoum empezó con la performance, expresión artística que fue abandonando tras sus inicios. “Como estudiante, tenía impaciencia por usar las formas de rebeldía contra el establishment. Quería hacer obras que fuesen como una protesta directa, visual, y la performance tenía esos elementos. Pero después sentí que era una persona marginal, con un lenguaje marginal, y entré en un estudio que me permitió trabajar con los materiales. En la performance tenía cada vez mayor importancia el elemento teatral, mientras que a mí me tiraba más la improvisación”.

Duchamp fue uno de sus referentes. “El hecho de que Duchamp utilizara el pensamiento, no algo que le guste al ojo, me impresionó. Me interesó el arte conceptual y el minimalismo. Disfruto mucho con los títulos con doble significado y es algo que descubrí con Duchamp y su gimnasia mental”.

Finalista del Premio Turner en 1995, Hatoum fue incluida en la polémica exposición Sensation, organizada por el magnate de la publicidad y galerista Charles Saatchi con artistas como Damien Hirst o Tracey Emin. “No me identifico con Sensation. No soy parte de los YBAs (Young British Artists). Cuando pasó todo eso yo estaba en Vancouver haciendo un vídeo muy importante para mí sobre las cartas entre mi madre y yo”, comenta la artista, que exhibirá el próximo año sus trabajos en el Institut Valencià d’Art Modern (IVAM), que también premiará su trayectoria como lo ha hecho ahora el jurado del Camus, presidido por Juan Manuel Bonet, director del Instituto Cervantes.

Ver más en: El País

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