Libro: El cuento de la criada

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Elegir “El cuento de la criada” era lo normal cuando uno se plantea  hablar de alguna de las novelas de  Margaret Atwood  . No sólo es su obra más icónica, sino que además está de actualidad por la adaptación de la misma a la pequeña pantalla que a fecha hoy, ha obtenido múltiples premios y reconocimientos. Así que vamos a ello.

El cuento de la criada: Sinopsis

Amparándose en la coartada del terrorismo islámico, unos políticos teócratas se hacen con el poder suprimiendo de forma inmediata la libertad de prensa y los derechos de las mujeres.

En la República de Gilead, el cuerpo de Defred sólo sirve para procrear, tal y como imponen las férreas normas establecidas por la dictadura puritana que domina el país. Si Defred se niega a su destino o no sirve para procrear, será ajusticiada públicamente o deportada a las colonias donde morirá sin remedio a causa de los residuos tóxicos.

Así, el régimen controla con mano férrea hasta los más íntimos detalles de la vida de las mujeres, desde la alimentación hasta la vestimenta. Pero nadie, ni siquiera un gobierno despótico parapetado tras el supuesto mandato de un dios todopoderoso, puede gobernar el pensamiento de una persona. Y mucho menos sus deseos. 

Lo que temen no es que escapemos, sino esas otras salidas, las que una puede abrir en su cuerpo si dispone de un objeto afilado. tweet

El cuento de la criada: el libro

Como ya he comentado al principio la autora de “El cuento de la criada” es Margaret Atwood. Aunque el libro se publica por primera vez en 1985, Atwood comienza a escribirlo en la primavera de 1984. Sí, que casualidad, el año que da título a otra famosa distopía de George Orwell con la que se le compara.

A este libro hay que acercarse con la mentalidad de quien se encuentra en una Alemania donde el Muro que la dividía era una realidad, existía. Como también existía una sociedad al otro lado, en la Alemania Oriental dominada por los soviéticos. Atwood reconoce que en los múltiples viajes que realiza a países que se encuentran más allá del Telón de Acero, como se  llamaba al Muro, deambula por sus calles con la sensación de ser vigilada, espiada. Le llamaba la atención el silencio de las gentes con quién hablaba o los cambios de tema repentinos por si alguien los denunciaba. Este es el ambiente que le rodea cuando escribe “El cuento de la criada” que junto a la mentalidad de quién ha nacido al inicio de la segunda guerra mundial y ha curtido sus primeros años en ella da como resultado un ambiente opresivo y desasosegante que envuelve su novela. Ella misma dice que el orden establecido puede desaparecer de un día para otro. Y sabe bien de lo que habla.

Curiosamente “El cuento de la criada” es el primer libro de Atwood que trata el género: la distopía. Ella tenía claro que lo reflejado en el mismo tenía que ser creíble y si lo leéis, todo lo que cuenta no sólo lo es, sino que ya ha ocurrido a lo largo de nuestra historia. La lista es larga, gobiernos dictatoriales teocráticos; recortes de derechos y libertades; tratar a la mujer como un simple objeto; masacres en el nombre de algún dios; la baja fertilidad a causa del estilo de vida y la contaminación; la apropiación de todo lo que tenga  valor por parte de la clase dirigente  en detrimento del resto de la población y así unas cuantas más. Todas ellas reflejadas en el libro de Atwood. Y, curiosamente, no veréis adelanto tecnológico alguno para explicar absolutamente nada.

En el libro nos vamos a encontrar  con un golpe de estado que sumirá a lo que a todas luces identificamos con Estados Unidos, en un caos donde se instaurará una República basada en los fundamentos religiosos del puritanismo del siglo XVII y  ¿no nos encontramos actualmente con una religiosidad peligrosa que subyace en el fondo de parte de la sociedad norteamericana? Así como con un personaje principal que a través de sus reflexiones y recuerdos nos trasladará de la mano por el reflejo de la sociedad en la que se mueve y cuales son, tanto sus motivaciones, como las de las personas que la rodean para actuar de la forma que lo hacen. Además, el por qué de todo esto y de la forma que toma el relato lo vamos a entender cuando lleguemos al último capítulo del libro, algo que por supuesto, no os voy a desvelar aquí.

El cuento de la criada y el feminismo

Atwood es conocida por su fuerte activismo tanto en el mundillo medioambiental como en la defensa de la mujer. Ya en su primer libro, “La mujer comestible”, la misma autora la clasifica dentro de lo que ella misma llama “protofeminismo” y si observamos toda su obra, está llena de personajes femeninos  protagonistas. El cuento de la criada no es una excepción, sus protagonistas son las mujeres, el hombre aunque ejerce como ente dominante lo hace en un segundo plano, es más, en este libro el verdadero enemigo no es el hombre sino la propia mujer.

Cuando se le pregunta a Atwood si la novela es un panfleto feminista ella contesta que si lo que queremos decir es si el libro trata de mujeres que son seres humanos con la variedad de personalidades y comportamientos que ello implica y además son interesantes e importantes y lo que les ocurre es crucial para la trama del libro, sí, es una novela feminista. Y así lo han puesto de manifiesto estas a raíz del estreno de la serie en televisión que la han tomado como referencia junto con el resurgir del libro con nuevas ediciones para poner de actualidad el problema de las mujeres en todo el mundo.

El cuento de la criada y el cine

Desde el mismo momento en que el libro se convierte en superventas, Atwood vende los derechos de su libro para ser llevado al cine. Tras muchos problemas se estrena  en 1990 una cinta que obtiene una escasa repercusión. Protagonizada por actores de renombre de la época no logra captar la atención del público, quizá porque el movimiento feminista por aquellos años no era algo que estuviera en la mente de la mujer de la época.

La serie, que se estrena en 2017, rápidamente se convierte, al contrario que la película de los noventa,  en un éxito de público. El carácter intimista y las reflexiones en “off” que la protagonista realiza a través de todos los capítulos, le da profundidad y aclara mucho más la forma de actuar de los personajes. También es cierto que la sociedad actual ha sufrido un cambio respecto a la de los años ochenta y noventa cuyo icono de feminismo en el cine eran “Magnolias de acero”.

Lo cierto y en resumen es que nos encontramos ante un libro que habla de  los peligros de un absolutismo que se impondrá por encima de los derechos de los ciudadanos con tal de controlarlos diciéndoles como tienen que vivir sus vidas. Pero también lo hace sobre la condición humana y lo que el hombre es capaz de hacer para sobrevivir defendiendo a los nuestros y pelear por recuperar nuestra libertad. Mi consejo es que toméis el libro con tranquilidad, sin esperar giros sorprendentes, con la mentalidad abierta para entender lo que parece ser una pasividad mal entendida. Lo importante es sobrevivir.

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