Jonas Kaufmann, el tenor del momento

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El especial atractivo de la voz de tenor hace que sus grandes nombres constituyan verdaderas modas y arrasen entre los públicos y, si hay en estos momentos un tenor capaz de hacer eso, es el muniqués Jonas Kaufmann como lo demuestra la inusitada expectación despertada por su primer recital en el Teatro Real tras un par de cancelaciones. Kaufamnn posee una bella voz de tenor heroico, un punto dramático, pero que aborda con facilidad lo lírico. No es frecuente que los tenores alemanes despunten por igual en su repertorio que en otros pero éste sí aborda toda la gran ópera con la garantía que da una bella voz que se proyecta en una técnica avanzada bien equilibrada con la capacidad expresiva. En este recital eludió el repertorio italiano, que hace también perfectamente, y dedicó una primera parte a la ópera francesa con arias de Gounod, Bizet, Halévy y Massenet mostrando su buen gusto y su exacta manera de cantar. Sensacional su manera de abordar La Judía de Halévy.

En la segunda, Wagner era el protagonista con fragmentos de La Walkiria, Los maestros cantores y Lohengrin. Especialmente bien realizado el In fernem Land de esta última donde el tenor consiguió un apoteosis, que, a decir verdad, le había acompañado todo el recital. Destacó la hermosa voz, la calidad interpretativa y la impecable dicción, todo conducido con inteligencia y sensibilidad.

El concierto era acompañado con orquesta y la Sinfónica de Madrid mostró una vez más su competencia. La dirigía Jochen Rieder, que es quien actúa habitualmente en los recitales de Kaufmann y que acompaña plegándose muy bien a sus necesidades. Además, ofrece fragmentos instrumentales de óperas. Versiones prácticas aprovechando los ensayos y, a veces, con calidad. Creo que se lució especialmente en el Preludio de Lohengrin. Otras cosas, como el Preludio de Los maestros cantores, fueron más formularias. Pero a quien se exigía el triunfo y lo cumplió con creces era a Kaufmann que no sólo es el tenor de moda sino también un gran tenor. El público le aclamó constantemente y arrancó hasta tres bises. Hubiera podido dar los que hubiera querido ya que logró un clamor constante de un Real repleto que le aclamó sin la más mínima reserva y con una entrega que no suele ser habitual.

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