Su última saga -llamada Los crímenes de Fjällbacka- vendió más de 25 millones de ejemplares en el mundo y muchos ya la consideran la heredera del estilo de Agatha Christie. Charlamos con ella para conocer su universo y las claves de su éxito.
Eres economista. ¿En qué momento de tu vida llegó el llamado de la vocación literaria? ¿Cómo fue el proceso de patear el tablero y dedicarte a algo completamente diferente?
Siempre tuve grandes ambiciones y un sueño de toda la vida para mí siempre fue poder dedicarme a escribir fulltime. Y una Navidad, mi familia me regaló un curso de escritura y durante ese tiempo, empecé a escribir La princesa de hielo, mi primera novela. Estaba embarazada en ese momento y me había propuesto tener un borrador listo antes del nacimiento de mi hijo mayor. Una semana antes de que él naciera, lo envié a varios editores y descubrí que uno de ellos quería publicarlo. Esto me animó a continuar y escribir una segunda novela ¡y luego otra!. Dejé mi trabajo como economista cuando me di cuenta de que ya podía permitirme ser autora a tiempo completo y -aunque confieso que me daba un poco de miedo-, decidí seguir mi sueño. ¡Hoy estoy tan feliz de haberlo hecho!
¿Existe algo de tu experiencia como economista que uses a la hora de escribir?
Sí, ¡muchas cosas! Por ejemplo, aprovecho al máximo mi formación académica cuando se trata de herramientas de marketing; siempre pruebo cosas divertidas y las ejecuto con la ayuda de mi gran equipo.
¿Por qué cuentas historias en donde la violencia está tan presente en un mundo que ya es demasiado violento? ¿Sentís que a través de la literatura se puede exorcizar algo de ese horror?
La violencia doméstica es otro de los temas recurrentes en tus libros. ¿Cómo se vive en Suecia este tema? ¿Tratas de empoderar a las mujeres en tus relatos?
La violencia hacia las mujeres no solo se ve en Suecia, sino en todo el mundo y es una de las muchas expresiones violentas usadas para oprimir a las mujeres; es hora de cambiar esto. Creo que es importante que la ficción se vuelva política cuando sea necesario. Ponernos a pensar: «¿Qué les estamos enseñando a nuestros hijos? ¿Qué tipo de mundo estamos creando para que ellos crezcan?» Necesitamos ser mucho más amables el uno con el otro y me pone muy orgullosa ver que La Bruja, mi última novela, está causando mucha discusión política. Y creo que es extremadamente importante que las mujeres se ayuden unas a otras, se capaciten mutuamente y se mantengan unidas. Necesitamos alzar nuestras voces y hablar sobre las diferentes formas en que la sociedad trabaja sistemáticamente en nuestra desventaja.
Erica Falk, la protagonista de tu saga, es una heroína atípica del género policial. ¿Por qué decidiste correrte del cliché del género?
Hay un dicho sueco que me viene a la mente, que es algo así como «uno florece donde está plantado». Por eso, cuando creé al personaje de Erica, la hice bastante parecida a mí: con pasión por la escritura y un interés eterno por el verdadero crimen. Por eso, ella una y otra vez se ve envuelta en investigaciones criminales gracias a su escritura y creo que mis lectores disfrutan el hecho de que ella es «una persona común», como podría ser cualquiera de nosotros. Creo personajes sobre los que me gustaría leer, y por eso, mezclar el género del policial negro con la vida doméstica de un pueblo pequeño me pareció muy natural.
En varios de tus libros se insiste en la importancia de la responsabilidad compartida de las tareas de Erica y Patrick, la pareja protagónica. ¿Por qué decidiste construir una visión de pareja con bases feministas?
Esta es una pregunta muy interesante, porque en Suecia la relación de Erica y Patrik no se nos aparece tan radical ni fuera de lo normal. Sus responsabilidades compartidas cuando se trata del cuidado de la casa o los hijos es muy común en Suecia y por eso, traté de representar la forma en la que vivimos en Escandinavia.
Existe desde hace varios años una especie de boom del policial sueco, especialmente entre las mujeres. ¿Por qué crees que atrae tanto este tipo de literatura? ¿Y cuál es el placer para vos como escritora el producirlas?
Creo que la historia del género de policial negro es muy interesante y nos da una teoría de por qué la disfrutamos tanto. Por ejemplo, la novela negra norteamericana nació en Nueva York, cuando la ciudad era extremadamente peligrosa. Aún así, la gente quería leer exactamente sobre esos tipos de eventos peligrosos y aterradores. Y creo que es lo mismo hoy. Algunos explican el boom de la novela negra escandinava diciendo que nosotros, los autores, estamos afectados por el clima frío; la oscuridad y los inviernos largos, que podrían estimular una imaginación oscura y fría. ¿Podría ser? La verdad es que no lo sé, pero creo que es un género muy divertido. Yo dejo volar mi imaginación e intento encontrar el equilibrio entre los crímenes más crueles y la difícil tarea de atrapar al culpable. Tan simple (y tan complejo) como eso.
Ver más en: La Nación