Mejores libros europeos

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Si bien la literatura ha estado presente en todas las culturas del mundo desde tiempos inmemoriales, la del viejo continente se convirtió en uno de los cimientos del pensamiento y la narrativa de Occidente. Esta selección de los mejores libros europeos no solo definen un momento de la historia, sino que siguen siendo clásicos atemporales aun en pleno siglo XXI y, posiblemente, por el resto de la eternidad.

La Odisea, de Homero

La obra que cimentó la literatura europea y occidental en sí misma data de mucho tiempo atrás, concretamente de un siglo VII a.C. en el que, según los expertos, este poema fue terminado. Integrado por diferentes leyendas del microcosmos griego que se adaptan perfectamente a la historia, La Odisea narra el épico regreso de Odiseo a Ítaca tras la conquista de Troya, albergando un universo que ha trascendido a lo largo de la historia inspirando a toda una generación de escritores y pensadores.

Don Quijote de la Mancha, de Miguel de Cervantes

Considerada como la mayor obra, no solo de nuestras letras, sino de la historia, Don Quijote inspiró al mundo a hurgar en sus propias fantasías hasta abrir los ojos. Publicada en 1605 y concebida como una sátira de la novela caballeresca debido a su tono burlesco, las aventura del hidalgo manchego que partió en busca de su amada Dulcinea y confundió los molinos de la mancha con gigantes supuso un primer acercamiento a un realismo que definiría para siempre las obras europeas que llegarían en años y siglos posteriores.

Orgullo y Prejuicio, de jane Austen

El papel de la mujer en la literatura no siempre gozó de la libertad de hoy día. De hecho, autoras como Emily Brontë o Jane Austen llegaron usar pseudónimos masculinos a la hora de publicar sus obras en un mundo dominado por los hombres. Por suerte, cuando Orgullo y prejuicio fue publicada en 1813 algo se desquebrajó en el mundo de las letras; algo que traía consigo ironía, sutileza y feminismo. La historia universal de Elizabeth Bennet como mujer independiente dispuesta a no dejarse doblegar por el cortejo del hombre perfecto se ha convertido con el paso del tiempo no solo en una obra necesaria de ser leída en algún momento, sino en todo un ejemplo de cómo un libro puede cambiar el mundo.

Historia de Dos Ciudades, de Charles Dickens

Aunque uno de los grandes autores de la historia dedicó parte de su vida a escribir historias de cierta crítica social protagonizada por niños como Oliver Twist o Cuento de Navidad, con la obra que aquí nos ocupa Charles Dickens saltó a otra liga, regalando al mundo una de las novelas más necesarias de su tiempo. Historia de dos ciudades aborda dos historias cuya ambientación en una Inglaterra apacible y la Francia pre-revolucionaria supone una comparativa de dos países totalmente distintos: uno tranquilo y estable, y otro mucho más inquieto y reivindicativo. Ideal para comprender ese episodio social que supuso la Revolución Francesa en el siglo XVIII. Junto con Don Quijote, la obra magna de Dickens es el libro más vendido de la historia.

Madame Bovary, de Gustave Flaubert

El francés Flaubert siempre fue un escritor meticuloso. De hecho, podía pasarse meses y meses corrigiendo un solo párrafo de su obra a fin de que esta quedase perfecta. Por este motivo, no nos extraña que Madame Bovary haya trascendido como una de las grandes obras de su tiempo y como un retrato cuya esencia sigue siendo atemporal. El inconformismo universal del ser humano es aquí plasmado a través de los ojos de Emma, mujer de un médico que a pesar de una vida perfecta ansía algo más, buscando llenar un vacío que ni las fiestas de la alta sociedad o la estabilidad pueden suplir. Concebida como una crítica a la alta burguesía francesa de la Francia del siglo XIX, Madame Bovary es una de las grandes obras del realismo y el naturalismo, encauzada hacia una resolución tan reveladora como potente.

Ulises, de James Joyce

A lo largo de la historia han existido obras que han inspirado tanto amor como odio, que han sido consumidas con la misma facilidad con la que un lector postureta pretende sumergirse en una obra tan compleja como especial. Ulises es una de ellas, a pesar de que los críticos no la recibieran con buenos ojos tras su publicación en 1922, quizás por su estructura difusa y su empleo de un monólogo interior al que los más eruditos no estaban acostumbrados. Sin embargo, el tiempo ha terminado encumbrando al Olimpo literario esta versión moderna de La Odisea de Homero que Joyce trasladó al Dublín de la década de los 20 que Leopold Bloom recorrió durante un día de su vida. Uno de los mejores libros europeos de la historia, sin duda.

El Diario de Ana Frank

Aunque se han escrito muchos libros ambientados en la Segunda Guerra Mundial, pocos llegaron desde el corazón del que fue uno de los episodios más cruentos de la historia. El diario de Ana Frank, escrito por una niña judía de 13 años encerrada en un refugio de Ámsterdam junto a una familia que huía de las tropas alemanas nazis no solo revela los horrores de la Europa de principios de los años 40, sino también el personal universo de una niña en plena madurez, tan llena de sueños y esperanzas que acudir a su desenlace supone una crueldad anunciada que sigue retorciendo las entrañas de cualquier lector.

1984, de Orson Wells

Precursor de un género distópico que obsesionaría al mundo a partir de mediados del siglo XX acorde a los diferentes cambios sociales ocurridos como consecuencia de ambas guerras mundiales, 1984 continúa siendo un libro de lo más actual. Ambientada en un año que por suerte distó del contenido del contenido de la obra, 1984 nos ubica en un Londres futurista gobernado por la Policía del Pensamiento que controla todas las acciones de un mundo prisionero de ese “Gran Hermano”. Lo curioso de todo es que la obra de Orwell siga siendo tan reflexiva en un mundo dominado por la tecnología y las grandes potencias.

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