Miguel Ángel Asturias se convirtió en el segundo latinoamericano en recibir el Nobel de Literatura, por una contribución sin precedentes en la producción literaria del continente, conservando una profunda tradición indígena y latina.
Asturias nació el 19 de 1899 en Guatemala, donde vivió hasta poco más de su adolescencia. Por la dictadura de Manuel Estrada Cabrera, su familia se trasladó a Salamá, un pueblo de tradición dominica. Regresó en 1908 a la capital del país para terminar sus estudios de bachillerato.
Inició la carrera de medicina, pero la abandonó para estudiar ciencias políticas y sociales en la Universidad de San Carlos. Desde allí tuvo gran interés por la tradición indígenas del país y se graduó con una tesis titulada “El problema social del indio”, que le mereció el premio Gálvez. En 1922 fue uno de los fundadores de la Universidad Popular de Guatemala.
En 1923 viajó a Europa para estudiar economía política en Inglaterra, luego se mudó a París donde estuvo cerca de diez años. Fue lejos de Guatemala que su interés indígena se fundamentó, al empezar lecturas de las religiones Mayas junto al profesor Georges Raynaud en la Sorbonne. Durante ese tiempo trabajó para varios periódicos latinoamericanos como corresponsal en las ciudades europeas.
Volvió por poco tiempo a su país natal y dictó una cátedra en la institución que ayudó a fundar. Luego volvió a París y publicó su primer obra titulada Leyendas de Guatemala 1930. Por esta obra recibió el Silla Monsegur Prize a mejor novela latina publicada en Francia.
Miguel Ángel Asturias se casó con Clemencia Amado en 1939, de este matrimonio tuvo dos hijos. Pero se divorció en 1947. Publicó su segunda obra en 1949, El señor presidente, un texto que duró casi 30 años sin ser conocido en Guatemala al haber sido censurado por el dictador Jorge Ubico.
En la década de 1950 ocupó algunos cargos diplomáticos y como diputado en su país, hasta que se exilió en 1954, tras el fallecimiento del presidente Jacobo Arbenz Guzman. Durante esos años de oposición conoció a Fidel Castro y luego obtuvo el premio Lenin de Paz, mientras estaba al mando del Pen Club francés.
En 1963 publicó Mulata de tal, una de sus obras más importantes, con un lenguaje propio del boom latinoamericano en una expresión precursora del realismo mágico de García Márquez. Esta obra es una recopilación de diversas tradiciones y leyendas que se entretejen en una historia surrealista donde la única esperanza de salvación es el amor.
Cuatro años después Miguel Ángel Asturias ganó el premio Nobel de Literatura por haber contribuido a este arte en Latinoamérica, se convirtió así en el tercer americano no estadounidense en conseguir el galardón y el segundo latino después de Gabriela Mistral. Falleció en Madrid donde vivió los últimos años, sus restos reposan en París.
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