La exposición reúne grabados y litografías de los tres artistas españoles que tienen que ver con el mundo de las corridas de toros, actividad que los apasionaba por igual.
El Museo de Arte Español Enrique Larreta inauguró la exposición «Goya + Picasso + Dalí. Arte y tauromaquia» curada por Patricia Nobilia, que reúne obras de los tres pintores españoles relacionadas con el mundo de las corridas de toros. Con diferentes estilos y contextos históricos los tres artistas plasmaron en su obra la intensidad dramática y la pasión que despierta la actividad taurina que aún en el siglo XXI es fuente de debate en la sociedad española.
La exposición está dividida en cinco salas: tres de ellas dedicadas a cada uno de los artistas y una reúne una selección de libros relacionados con la tauromaquia.
En la última, la que en otro tiempo fuera sala de baño de la familia del escritor Enrique Larreta, se proyectan dos videos con escenas relativas a la tauromaquia desde la antigüedad clásica y a la controversia actual referida al tema.
Obra de la serie de destrezas de Goya.
Goya La primera sala exhibe una serie de estampas que Goya realizó en el año 1815.
Las corridas de toros habían vuelto a ser permitidas en 1814 tras la restauración en el trono español de Fernando VII, que eliminó la prohibición impuesta por Carlos IV en 1805.
Por otra parte, el Tribunal de la Inquisición también se había vuelto a constituir y probablemente Goya, que había tenido ciertos problemas con ella a causa de la serie Los Caprichos, optó por un tema costumbrista y no muy ligado a la crítica social o al clero para evitar nuevos conflictos.
Los trabajos que se exponen están divididos en tres series. La primera de ellas hace un recorrido por la historia de la tauromaquia en España que se remonta a las taifas e incluye escenas imaginarias con el Cid Campeador, las morerías o Carlos V toreando.
Una segunda serie está dedicada a las destrezas de los toreros, con escenas casi acrobáticas nutridas de escenas que respondían a la intención original de mostrar la actividad con un valor estético a partir de las dos principales escuelas del toreo del siglo XVIII.
La tercera serie se relaciona con las tragedias, entre las que destacan la muerte del torero Pepe Illo, durante la cual es probable que el pintor haya estado presente, y la desgracia ocurrida en la plaza de Madrid en la que un toro dio muerte al alcalde de Torrejón luego de saltar a las gradas.
Entre las estampas de Goya hay dos dedicadas a Mariano Ceballos, alias «El Indio», torero nacido en el virreinato del Río de la Plata y que según algunas crónicas falleció en una corrida en la Plaza de Toros de Tudela en 1780.
Mientras en España salían a la venta las estampas de Goya sobre las corridas de toros, el marino inglés Emeric Essex Vidal, que navegaba al servicio de la Armada Británica en el Río de la Plata, realizó una serie de acuarelas con valor documental entre las que se rescata para esta muestra una escena de una corrida de toros en Buenos Aires. En ella se ve el interior de la Plaza de toros del Retiro (actual Plaza San Martín) en el año 1816.
Picasso Alguna vez Picasso dijo que si no hubiese sido pintor, le habría gustado ser picador (los jinetes que se valen de una lanza para dirigir al toro hacia su embestida al torero). Desde pequeño sus padres lo llevaban a las corridas en las plazas de toros de Málaga y La Coruña.
La tauromaquia fue un tema recurrente en Picasso y atraviesa casi toda su obra. En la serie realizada para la edición de Gustavo Gili del libro que escribiera más de cien años antes el torero Pepe Illo, el artista realizó una serie de dibujos con trazo ágil y figuras estilizadas que reflejan casi todos los momentos de la corrida.
Otro de los libros ilustrados por Picasso fue Toros y Toreros, con textos de Luis Miguel Dominguín, uno de los matadores más populares en las décadas de 1940 y 1950.
En la sala dedicada a Picasso se exhibe, además de las obras, un material audiovisual realizado por el equipo del museo con escenas del artista trabajando en su taller de Canes.
Dalí El pintor surrealista sentía una gran aversión por la litografía, pero los editores le pedían insistentemente que realizara algún trabajo para publicar hasta que finalmente accedió.
En 1954 ya había abordado el tema de la tauromaquia al realizar los bocetos para una falla valenciana bajo la temática de una corrida de toros surrealista que se convirtió en la falla más visitada de ese año.
En 1972 retomó el tema principal de aquella falla con la litografía «Torero mariposa», que se exhibe en el Larreta.
Además se incluye una serie de estampas de 1966 y 1967 basadas en las aguatintas que Picasso había realizado diez años antes para el libro publicado por la Editorial Gustavo Gili, aunque con la mirada surrealista del artista catalán.
Dalí reinterpretó los diversos elementos que componen las obras de Picasso e incluye aspectos que tienen que ver con su autobiografía y sus traumas.
La intertextualidad entre los trabajos de los dos artistas se puede ver en una pantalla circular que está en el piso de la sala y proyecta las obras superpuestas.
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Autor: Marcelo Parajó