Ecuador: 67 Artistas generan reflexión sobre otras formas de hacer arte

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Cuatro mil metros cuadrados de los 12 mil que dispone el espacio acogen esta muestra que se ubica en la segunda planta de la antigua casa de salud.

Dos frases: una de Nietzsche “Cuando miras largo tiempo a un abismo, el abismo también mira dentro de ti”; y otra de Hernán Pacurucu “El comienzo de la verdadera vida empieza únicamente después que nos dan a conocer el instante mismo de la hora de nuestra mente” son como el cimiento de “Diagnóstico Terminal” tema de la segunda edición de la Bienal Nómade, Gigantes a la Deriva, proyecto de residencia y site specific que presente una gran exposición de arte contemporáneo dentro del antiguo hospital del Instituto Ecuatoriano de Seguridad Social, IESS.

El proyecto tiene mucho que ver con lo procesal en el arte; no solo exhibir la obra terminada sino acercar a los públicos al transcurso de ella y, en ese sentido, éstas frases de apertura son una especie de guía para el espectador.

Objetivo de la muestra

El objetivo de la muestra que integra a 67 artistas entre nacionales e internacionales es: generar reflexiones que tienen que ver con otras formas de hacer arte. “El mundo moderno se acabó, se vive la época contemporánea; por lo tanto, la idea es generar nuevas formas de hacer arte y por otra, que el público empiece a familiarizarse con ellas”, señala Hernán Pacurucu que junto con Víctor Hugo Bravo cumplen el papel de curadores.

Cuatro mil metros cuadrados de los 12 mil que dispone el espacio, acogen esta muestra que se ubica en la segunda planta de la antigua casa de salud. El primer paso para la distribución de los espacios expositivos fue el levantamiento que hiciera un equipo de estudiantes universitarios a todo el inmueble; luego, curadores y co-curador determinaron con exactitud las plazas a utilizar.

Una vez definida el área expositiva, los mentalizadores y organizadores de “Diagnóstico Terminal” ofrecieron a los artistas todo el espacio y, de acuerdo a la propuesta presentada, definieron el sitio que juegue más con ella. Desde allí se construyó el proyecto, todo a través de un continuo diálogo entre curaduría y el propósito artístico.

Fórmulas para la selección de artistas

Para la selección de los participantes, la curaduría estipuló tres formas de admisión: primera, por invitación a los artistas internacionales que vienen desde Polonia, Chile, Argentina, Colombia, Bolivia, México, entre otros países; ellos trabajaron en el espacio designado y elevaron una propuesta concisa para el lugar.

La segunda fórmula aplicada para la selección fue a través de talleres y clínica de obra desarrollada con 25 artistas jóvenes, algunos estudiantes de arte otros no, un proceso que duró cuatro meses, tiempo durante el cual, los jóvenes perfilaron los proyectos colectivamente y en base a conferencias y revisión alimentaron su intelectualidad. Y la tercera fórmula de selección que fue a través de la revisión de portafolio.

Ocho meses desde el arranque y cuatro meses intensos para concretar. El montaje fue un proceso que tomó su tiempo, los artistas internacionales especialmente, llegaron, hicieron su planteamiento y dejaron listo lo que ahora se puede ver dentro de “Diagnóstico Terminal” que está abierta al público de 16:00 a 22:00, todos los días, hasta el 31 de diciembre y que busca reflexionar sobre temas que están para una futura vida.

Subir al infierno

Antes de subir a la segunda planta y recorrer la muestra, hay que leer: “Tú que entras deja toda esperanza”, frase que Dante la expresó cuando se abrieron las puertas del infierno. “Bienvenida a nuestro infierno, nuestro infierno que no es hacia abajo sino hacia arriba”, dice Hernán antes de empezar el recorrido.

El edificio no ha sufrido ninguna alteración a su arquitectura. Los grafittis que se pintaron se conservan, los impulsores de este “Diagnóstico trataron de intervenir lo menos posible para que se note el efecto de la ruina.

El recorrido es largo, toma su tiempo y cada obra se apodera de la mirada, sentido que agita las neuronas. Un escrito logrado con el polvo acumulado durante 18 años en el viejo hospital es el aperitivo. Belén Mogrovejo transcribe el artículo 66 de la Constitución de la República sobre el derecho a la integridad personal. El polvo es el eje de la reflexión.

“Dados de alta”, propuesta por Julio Mosquera. LCC

Junto a ella está Víctor Muñoz y un grupo de estudiantes de la Facultad de Arte quienes trabajan con el tema de la imagen, de la imagen endeble, débil. José Pacurucu presenta la escultura de una mano, la mano blanca de un hombre que sale desde la pared, en la palma está una pepa de capulí y para concebir la dimensión de la pepa, hay que verla desde la lupa.

Es una obra que lleva a pensar cuan infinito es el ser humano cuando llega al final de la vida. La pepa de capulí es un símbolo de relación con los ancestros, con esa leyenda que cuenta, como Atahualpa resentido con los cañaris, mandó a matarlos, sacarlos el corazón y sembrarlos para ver que fruto da, y de esos corazones nació el capulí, que es entonces el corazón de nuestros cañaris.

Hay que seguir el callejón donde las barras metálicas de los cielos rasos caen por el tiempo, andar por ahí es meterse en una especie de túnel que conduce a la sala de Sara Roitman, quien se apropia de la imagen de una mosca para hablar de los sistemas podridos que manejan las instituciones.

Las figuras de moscas se logran con lámparas de neón que emanan luz verde, verde como una metáfora de esperanza; pero a la vez como una ironía, las moscas siempre se acercan donde hay podredumbre.

La obra “Morir para vivir” de Gabriela Punín
y Ricardo Pavel Ferrer es pare de esta mega muestra. LCC

“Diagnóstico Terminal” es una muestra donde los elementos del viejo hospital se transforman en obras de arte. Nicole Orellana sacó de entre la basura, escombros y desperdicios frascos, ampollas, esos medicamentos que por años estaban ahí. Cosas con las que representa una especie de juego de ajedrez, porque el mundo de la medicina es así, se prueba un poco de aquí se mueve lo de allá, para ganar salud para curar.

En cada espacio hay elementos que se relacionan con la esencia de la casa de salud antigua, solo que esta vez se habla desde el arte, se trabaja desde lenguajes estéticos contemporáneos. (BSG)-(I).

 

Ver más en: El Mercurio

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