El mural prohibido de Philip Guston

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México recupera un gran fresco militante de los treinta

El cadáver rígido de un hombre electrocutado yace en una de las esquinas inferiores. Una mujer desnuda, tal vez muerta, cae hacia delante atada a un poste junto a un instrumento de tortura, una porra con pinchos metálicos. Dos personas lloran mientras bajan a un ahorcado del cadalso. Unas figuras encapuchadas – la inquisición o el Ku Klux Klan– se mueven al fondo.

Podrían ser imágenes sacadas de la portada de las macabrassecciones de la llamada nota roja y referidas a Michoacán, uno de los estados mas violentos de México, donde los actos de sadismo atroz han sido cotidianos. Pero no lo son. Todo lo contrario. Se espera que esas imágenes –una vez restauradas– puedan ayudar a Morelia, la capital michoacana, uno de los conjuntos de patrimonio cultural más importantes del mundo, a recuperar algo del turismo y de vida cultural perdidos en la última década de violencia.

Fue pintado en una pared del Museo Michoacano de Morelia. Pero la revolución laica revirtió y el mural fue cubierto de yeso

Se trata de un fresco pintado en 1934 en una pared interior del Museo Regional Michoacano en el centro de Morelia por tres jóvenes artistas judíos procedentes de Los Ángeles invitados a México por el famoso muralista mexicano David Siqueiros. El líder del trío y autor principal del mural conocido como La inquisición, aunque los jóvenes pintores lo titularon La lucha contra la guerra y el terror, era Philip Goldstein. Nacido 21 años antes en el gueto judío de Montreal, pronto cambiaría su apellido a Guston y, junto con su amigo Jackson Pollock, crearía el nuevo género del expresionismo abstracto de la Escuela de Nueva York.

Para el visitante al museo michoacano, el más antiguo de la red pública de México, el mural de casi 100 m2, resulta perturbador incluso en su estado deteriorado actual de dibujos medio borrados y pintura decolorada. Pintado al estilo del quattrocento de Piero della Francesca, Paulo Uccello o Giotto –renacentistas predilectos de Guston–, el deterioro del mural puede crear la sensación de estar en Florencia y no en Morelia, a 300 kilómetros al oeste de la ciudad de México.

Tres judíos invitados por David Siqueiros.
 Guston (abajo en su taller) trajo a Reuben Kadish, su colaborador en el muralismo de Los Ángeles, y el joven Jules Langsner completó el trío (arriba)
Tres judíos invitados por David Siqueiros. Guston (abajo en su taller) trajo a Reuben Kadish, su colaborador en el muralismo de Los Ángeles, y el joven Jules Langsner completó el trío (arriba) (.)

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