Se cumplen 100 años de la escuela de artes más famosa de la historia: la Bauhaus. Entre las celebraciones y homenajes del centenario, Mariangela Giamo nos recuerda el valor y aportes de sus profesoras y estudiantes, mujeres creadoras todas.
La Bauhaus fue un lugar de liberación para las mujeres que pretendían ser contemporáneas e independientes. Sin embargo, la historia las desapareció como figuras creativas de esta escuela que está cumpliendo 100 años. Marianne Brandt, Otti Berger, Gertrud Arndt, Lucia Moholy, Lilly Reich y Anni Alberns son algunas de las más destacadas mujeres artistas visuales que reaparecen en escena.
La Das Staatlich Bauhaus o Bauhaus a secas, es una de las escuelas de arte más famosas e influyentes. Decimos escuela de arte porque se entendía que el diseño, las artes aplicadas, y el urbanismo formaban parte de un solo universo: no había distinción entre las artes monumentales, tradicionales y la arquitectura. Su fundación se basa en la cultura alemana de fines del siglo XIX y comienzos del XX en la que era fundamental la producción industrial y la pragmática de la racionalidad y la funcionalidad. La forma era la expresión de la belleza de la escuela, así como la importancia de la estructura y la practicidad. En particular, en Uruguay, la Bauhaus marcó identidad en un grupo de arquitectos, existiendo varios edificios con ese estilo como la Facultad de Ingeniería de la UdelaR, que lo condensa en su esplendor.
Las mujeres tuvieron acceso a la escuela y en sus inicios eran la misma cantidad que los hombres. Es más, eran persuadidas por folletos con frases como «¿Estás buscando la verdadera igualdad como mujer estudiante?» y la promesa de su fundador, Walter Gropius, hablaba de igualdad de sexos. Pero así como no había distinción entre artesanos, artistas y arquitectos, paradójicamente con las mujeres empezó a generarse cierta separación. Con el paso del tiempo, las mujeres fueron «desplazadas» a talleres y cursos de tejido, cerámica o encuadernación —prácticas que desde el sentido común asociamos a lo femenino— mientras que los hombres resguardaban con recelo la pintura, la arquitectura y el diseño. Querían dar una imagen de una escuela superior de arquitectura y no de una escuela de «artes femeninas».
Sin embargo, varias estudiantes y profesoras de la Bauhaus cien años después resurgen y son visibilizadas en la historia de este hito de creación:
Marianne Brandt en la metalistería. Varias de sus obras están en el MoMA y su pieza emblemática es el juego de té, aunque se desarrolló también en el diseño industrial, la fotografía y la escultura.
Autorretrato en el taller de la Bauhaus, Marianne Brandt (1928-1929)
Otti Berger como diseñadora, en especial con los materiales textiles. Fue directora del taller de tejido. Escribió varios manuales de pedagogía y su fuerte fue la experimentación.
Otti Berger fotografiada por Gertrude Arndt
Gertrud Arndt y Lucia Moholy se destacaron en la fotografía. Lucia registró en fotografía la vida cotidiana de la Bauhaus.
Autorretrato, Gertrud Arndt (1930)
Autorretrato, Lucia Moholy.
Lilly Reich se especializó en diseño industrial, así como también organizó exposiciones en Alemania y Estados Unidos y pabellones de la escuela. Colaboró con Mies Van der Rohe —quien diseñó la Silla Barcelona con su ayuda—. Riech sacará en 1927 su Silla Weissenhof. También fue profesora de la escuela.
Lilly Reich
Anni Alberns se desarrolló en tejido, aunque también fue profesora y en 1949 se convirtió en la primera diseñadora en realizar una exposición en el Museo de Arte Moderno de Nueva York —recientemente la Tate Modern Gallery le dedicó una retrospectiva.
Anni Albers (1928)
Estas artistas son conocidas como «Bauhausmädels» o «Chicas Bauhaus», y se conformaron como un tipo de mujer educada, creativa e independiente. Este año se edita el libro Bauhaus Gals, de Patrick Rössler (Taschen) que posee la historia, imágenes, retratos y textos, de cerca de 90 artistas y artesanas, descubiertas recientemente en los archivos de la escuela. También Isabel Campi, investigadora española, analiza desde una perspectiva feminista las contradicciones de la Bauhaus y la exigencia intelectual de la posterior escuela Hochschule für Gestaltung (HfG) de Ulm, así como los prejuicios de género que a veces han impregnado estos centros. Su trabajo se puede encontrar en línea.
Esta escuela, además de los y las artistas que engendró, fundó una filosofía proyectual que abarcaba todas estas prácticas, especialmente desde su propuesta didáctica que daba gran espacio a los talleres como lugar de aprendizaje, en los que la libertad individual era esencial así como el desarrollo de las competencias creativas de los estudiantes. Algunos de sus profesores varones más conocidos fueron Wassly Kandisky, Paul Klee, Piet Mondrain y Van Doesburg, y Herbert Bayer junto a artistas mujeres —muchas egresadas de la escuela como mencionamos anteriormente— pero que no alcanzaron la fama de estos referentes de la historia del arte.
La propuesta poseía una gran relación con el mundo del mercado —desde lo artesanal así como lo industrial—proponiendo una mirada que vinculaba lo comercial, lo técnico y lo artístico. Todavía hoy la Bauhaus es, en las escuelas de diseño, una de las referencias en el área de diseño industrial.
Autor: Mariangela Giaimo
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