Los artistas de Moebiuz lanzaron sus nuevas canciones en Bogotá y dieron una gran fiesta para un público heterogéneo que esperaba con ansias canciones como “No Copio” y “María”.
Era una noche de mediados de año y Crudo Means Raw estaba presentando sus nuevas canciones en el Auditorio Mayor CUN. Lo acompañaba Doble Porción. El público expectante, que no había tenido muchas oportunidades de verlo en vivo, cantó los temas con vigor y alegría, celebrando el nuevo trabajo de Crudo, que cimentaba a Moebiuz como un colectivo innegable e imprescindible en el rap colombiano. Era una noche de mayo de 2017, el lanzamiento en Bogotá de Todos Tienen Que Comer.
A esa bella noche de hace dos años se refirió Crudo en el concierto del viernes pasado, el lanzamiento de Receso Solo, una suerte de EP en colaboración con Doble Porción que fue publicado hace unos meses. Mientras empezaba su presentación, agradecido con la capital del país, recordó que todo había empezado en ese mismo auditorio. No profundizó: dejó esa frase en el aire, un guiño para los que habían estado presentes desde el lanzamiento de su primer disco.
El lugar podría haber sido el mismo y los que estaban en tarima también. Pero el concierto –magnífico, cerca de noventa minutos llenos de diversión y fiesta en los que Crudo, Mañas y Métricas Frías demostraron la potencia de sus rimas y voces y de su formato en directo– de Receso Solo aka 3×2=8 mostró también lo mucho que ha cambiado el público, la música y la mezcla de ambos para Crudo y Doble Porción. El crecimiento ha sido exponencial y ellos se encargaron de resaltar lo felices que estaban con el caluroso recibimiento de una plaza como Bogotá, que siempre ha sido generosa con ellos.
Karin B, con un DJ Set, y Delfina Dib fueron los elegidos para subir el telón y calentar el motor del carro. Luego, mientras el DJ Mike Style hacía la transición mientras saltaban a la tarima los artistas principales de la noche, fue claro que había distintas facciones dentro del público: unos se emocionaban y cantaban “Yardcore” de Born Jamericans y otros celebraban “Bandolero” de Don Omar. Lo que sí unió a gran parte de los asistentes fue un himno del hip hop nacional como “La Jungla” de Flaco Flow y Melanina. En todo caso, el ambiente tenía más aromas de fiesta masiva que de concierto de rap, una diferencia notable frente a presentaciones anteriores de Crudo y Doble Porción en Bogotá.
DJ Dmoe dejó caer el beat de “Blue Satellite”, el tema de Métricas Frías de Rap y Hierbas –la compilación producida por Granuja en 2016– faltando veinte minutos para la medianoche. Pero quien saltó a la tarima fue Mañas, para interpretar la canción de su compañero y amigo; asimismo, Métricas cantó “Colombian Gold”, el Rap y Hierbas de Crudo Means Raw, quien a su vez se hizo cargo de “Punto Rojo”, la canción de Mañas. El juego fue genial y les añadió una nueva dinámica a bombas del repertorio de Moebiuz. La energía borracha era altísima y aumentó aún más cuando Crudo pidió ruido y los cerca de 2000 asistentes no lo decepcionaron. Así no todos se supieran las letras, el público dejaba constancia de su disposición y esfuerzo para construir una gran fiesta.
Con las tres canciones de Receso Solo, que fueron grabadas hace tres años y son estilísticamente similares a la música que sacaban en 2016 y 2017, continuó la noche. La gente bailaba los temas, se sentía una euforia generalizada. Desde el escenario, Crudo y Doble Porción demostraban su carisma y buena química y Receso Solo mostraba también su fuerza para un contexto crossover: los beats, hipnóticos y lisérgicos, encajaban con los coros, que capturaban la atención y gritos de los presentes. Las letras, además, eran sencillas, abordaban las mujeres, las drogas, la vida en Medallo, temas con los que es posible relacionarse y visualizar mientras se baila. Los artistas y los oyentes se juntaron en una gran exclamación de “3×2=8”; mientras tanto, la lógica matemática quedaba rezagada.
La energía se mantuvo alta con “Lucía Circone$” y “Acetona y Acetatos”, sencillos hechos por los tres y contemporáneos en su creación con Receso Solo, que combinan con éxito las instrumentales tranquilas y felices con coros alegres. Luego Dmoe pinchó “Benny Blanco”, uno de los sencillos de Todos Tienen Que Comer, y la energía cambió: uno de los temas más coreados en conciertos anteriores de Crudo esta vez pasó más desapercibido, lo que mostraba lo mucho que había mutado el público y que las nuevas personas que habían llegado a un concierto de Crudo y Doble Porción por primera vez se conectaban con otras canciones al no conocer tanto las anteriores.
La fuerza del público subió con “Sangre en el Pool Party” y, aunque no todos se sabían la letra, sí entregaron más energía y vigor, dispuestos a disfrutar el beat saltarín de la canción de Todos Tienen Que Comer que describe fiestas y la narcocultura de Medellín. Parecía que funcionaban mejor las canciones más fiesteras o coreables, mientras que las que ponían más énfasis en las letras y barras –que, por su contundencia emocional, podían constituir los puntos más altos de la noche en conciertos anteriores como el lanzamiento de Manzanas A la Vuelta y La Bomba de Ziroshima en Bogotá en diciembre de 2016, el primer concierto de La Gra$a en abril de 2017 e incluso el concierto de lanzamiento del álbum homónimo La Gra$a en agosto de 2018– tenían un impacto menor.
“Par de Pepas”, de Mañas, aumentó la libido de la noche y “Será Será”, un sencillo de Crudo de 2017 propulsó la onda energética positiva y feliz que había estado presente a lo largo de la noche. Muchas personas hablaban o le daban la espalda al escenario: estaban más concentradas en su propia fiesta, con los temas como banda sonora complementaria pero no la columna vertebral de la experiencia. Aun si todos no cantaban todas, la cantidad enorme de gente y el tamaño de la fiesta en la que estaban hicieron del auditorio un espacio vibrante y potente, impulsado por el talento que salía de la tarima. Vibró el lugar aún más con “Roca N’ Ron” de Doble Porción y el público volvió a saltar y a subir sus manos sin pensarlo dos veces. Con “Manzanas a la Vuelta” en cambio, el humor volvió a ser menos estallado, no hubo una conexión tan fuerte. Quizás había pasado mucho tiempo desde 2016 o quizás no era tan conocida para el público nuevo. Lo mismo pasó con “Magia Negra”, aunque Métricas se lució, demostrando que es versátil y potente y una chimba en los directos, con una interpretación más suave, casi susurrada de una de las canciones más introspectivas de ese álbum.
“La mala pa’l que me tira la buena a medias, la mala pa’l que dice que solo sirvo pa’ instrumentales”, rapeó Crudo en “Hubiera”, quizás la mejor canción que ha publicado. Fue un recordatorio de una época no tan lejana, hace tres años antes de que sacara el disco, cuando Crudo era subestimado como rapero. Los rumores y los comentarios en YouTube lo decían: que no lo hacía bien en el micrófono, que si brillaba era por sus beats. Con Todos Tienen Que Comer se ganó sus galones y hoy es el miembro con más proyección masiva y mainstream dentro de Moebiuz. El impacto emocional de la canción y el comentario que hacía sobre cómo había crecido todo en tan poco tiempo sintetizaron la importancia de la noche, aun si una parte grande de los miles de personas presentes no celebraba esas canciones más personales tanto como sí lo hacía con las más animadas.
Flotaba en el aire una premisa implícita, un momento esperado por gran parte de los asistentes a la fiesta, la razón por la que muchos estaban ahí. “Hey, número uno: ¡dar las gracias!”, entonó Crudo y las dos mil personas estallaron eufóricamente en un alarido colectivo. Era “No Copio”, el sencillo cercano al dembow/reggaetón que había llevado a Crudo a un nivel nuevo de popularidad, que había solidificado su figura en el ámbito crossover, que lo introdujo a discotecas y fiestas en las que antes no sonaba. Y ahí sí todos corearon cada letra, aún si le daban la espalda al mismo Crudo para poder perrear mejor. Mañas, Métricas y Crudo agradecieron a Bogotá y se despidieron. Volvieron cuando el público pidió más música y cantaron “$.A.N.T.E.R.I.A.”, un clásico de Doble Porción que no fue recibido como tal: no era tan farrera y mucha gente estaba ahí para farrear.
Recibieron mejor, incluso, un reggaetón inédito de Crudo, que seguro será otro hit masivo, está en racha. “Déjelos jugar el cotejo”, cantaba. Le sucedieron un a capella y “La Mitad de la Mitad”, que tuvo el mismo efecto que “No Copio”. Parecía que esta vez sí se acababa la noche, pero la gente pedía, con desespero, “María”, el último sencillo de Crudo, uno más de esta trilogía de canciones más cercanas al reggaetón que lo han propulsado a un nivel distinto en el panorama musical nacional. Aceptó cantarla con la condición de que el público lo ayudara y así fue: indudablemente uno de los momentos más enérgicos de la noche, uno de los temas más esperados. Mañas cerró con su propio reggaetón, “Escarcha”, producida por Zof Ziro, aunque no parecía ser tan conocida como las anteriores. Dmoe siguió pinchado unos temas mientras la gente abandonaba el recinto para salir a las frías calles del centro en la madrugada bogotana.
Crudo Means Raw y, sobre todo, Doble Porción, han sido criticados desde la comunidad rapera por el viraje que su sonido e identidad ha tomado. Pero parece que están consiguiendo lo que querían con canciones como “No Copio” que desbloquean todo un nuevo nivel para su música: hacer conciertos para dos mil personas, fiestas en las que mezclan sus temas de rap con las canciones nuevas que toman otro camino, mientras la gente llena el recinto de dinamismo y voluntad para pasar una velada notable. Medellín ya contaba con una escena mixta en la que los conciertos de rap pueden ser fiestas y en las fiestas puede haber temas de rap, pero sí es una novedad para Bogotá. Queda por ver cómo son recibidos en vivo los temas nuevos de Doble Porción, pues su repertorio en vivo sí suele detenerse en 2017.
Conciertos como de Receso Solo del 14 de junio de 2019 también abren el espectro de la fiesta en Bogotá para los que solo suelen salir a fiestas de reggaetón, al plantear como una opción firme y certera una fiesta que incluye también muchos temas de rap sin dejar ese color del reggaetón de lado. Crudo, por su parte, ya es una estrella innegable de la música colombiana y seguro brillará aún más con sus colaboraciones venideras con Juanes y J Balvin. Doble Porción lanzará en pocas semanas su nuevo disco, P.I.N.E.A.L, en el que se acercan a sonidos diametralmente distintos a los que habían explorado en sus trabajos anteriores, incluso en Receso Solo. La noche del viernes se sintió como el cierre de una etapa de conciertos más pequeños y con más identidad rapera y el salto hacia un nuevo ciclo de conciertos con públicos nuevos que quizás pueden descubrir también joyas más viejas del catálogo de Moebiuz. Todo comenzó en el Auditorio Mayor CUN hace dos años y todo vuelve a empezar de nuevo ahí.