La exhibición logra ser contundente, accesible y cercana al público no conocedor; es un diálogo entre la obra de estos dos artistas pilares del quehacer mundial
No cabe duda que somos susceptibles a la insistente idea de bienestar que nos vende el consumo. Manipuladora y poderosa, esta idea nos obliga a claudicar, junto con nuestros anhelos y horrores ante la gozosa sensación de poseer, ya sea mediante la oferta virtual, a través de los excitantes recorridos presenciales en los centros comerciales, santuarios materiales de las mercancías.
Es por lo antes dicho, que la exposición Apariencia desnuda: el deseo y el objeto en la obra de Marcel Duchamp y Jeff Koons (Museo Jumex) logra ser contundente, accesible y cercana al público, a pesar de fundamentarse en los laberintos semióticos del arte contemporáneo.
El diálogo, que se organiza a través de la obra de Marcel Duchamp (Francia 1887-1968) y Jeff Koons (Estados Unidos 1955) invita a una total renovación de la mirada al ofrecer una suerte de cronología que parte de la explicación del Ready Made de Duchamp —una expresión artística que nos llama a observar y celebrar las cualidades estéticas de los objetos, dejando de lado sus funciones en un ejercicio de descontextualización de los usos y los espacios, a los que se vinculan— para después comprender su mensaje maximizado e implícito de belleza, poder, pertenencia, gozo, sexualidad, y sensualidad tan característico de las brillosas piezas de Jeff Koons.
Además de conocedores que escudriñan piezas como la célebre Fuente, El escurridor de botellas y las variaciones del Desnudo bajando una escalera, los acertijos textuales del personaje Rose Selavy (Éros c’est la vie) del artista francés y filas y filas interminables de vistantes emocionados por el brillo de la grandiosa Bailarina sentada de Koons, lo que se puede ver en el Museo Jumex es un debate sobre los alcances de la estética, la belleza, la propaganda en la cultura de masas de los siglos XX y XXI, que partieron de la rebeldía de Duchamp a asumirse fuera de los cánones del arte de su tiempo a la necesidad de Koons por dar voz a los deseos de la sociedad norteamericana de las décadas de los setenta, ochenta y noventa, con la emergencia de un arte que se dedicó a honrar la esencia de los objetos cotidianos, insistir sobre el poder sexual y el encumbramiento social vinculado al universo de la posesión, para culminar con una invitación al público para mirar y admirar la expresión de su propia sexualidad, impresa en las fotografías erótico-artísticas, donde el Koons posa y goza con la modelo porno y después su esposa, la italiana Ilona Staller, conocida también como Cicciolina.
Las reflexiones de Duchamp y Koons y sus vínculos conceptuales, tan claros en la curaduría de Massimiliano Gioni —que toma el título de la exposición de un ensayo de Octavio Paz sobre Duchamp— son más que vigentes en estos tiempos de consumo fácil, donde el poder de adquirir con un click divide y daña mientras empodera a algunos y sume a otros en la más amarga insatisfacción. Vista a la luz de nuestra realidad, la celebración del poder de los objetos simples de Koons, podría parecer paradójica cuando sabemos que el mercado de arte lo ha posicionado entre los artistas vivos mejor cotizados.
Sexy, feliz, divertida pero profunda y de altísima calidad, la exposición del Jumex es digna de verse. Ya cada quien decidirá el mensaje que extrae de la misma.
Apariencia desnuda
- Cuándo: Hasta el 26 de septiembre
- Dónde: Museo Jumex
- Horarios: Martes a domingo de 10:00 a 19:00 horas
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