Argumento:
Enmarcado en la celebración de los 50 años de existencia del sello, Anagrama reedita en edición bolsillo todo un mito literario y una marca generacional: «Alta fidelidad», de Nick Hornby. Relata la magnética historia de Rob Fleming, el propietario de una tienda de discos que, pasada la treintena, intenta cada día salvar su tienda de la ruina y arreglar su calamitosa vida amorosa. En los años de las listas de éxitos, Rob y sus amigos Barry y Dick construyen de manera continua listas que recogen sus gustos: los mejores episodios de su serie favorita, las mejores canciones de sus ídolos, las mejores películas, las rupturas amorosas más duras… Y la imagen de Laura como el gran mito, el gran amor, el símbolo de todas las novias que ha tenido y tendrá. Una joya de la literatura cool y recomendación mayúscula para aquellas personas que vivieron los ochenta y los noventa pegados al tocadiscos.
Opinión:
Me daba miedo volver tantos años después sobre el texto de
«Alta fidelidad», por si me ocurría eso que
ustedes también habrán sentido alguna vez de releer una obra que
tenían en un pedestal y reconocer a las pocas páginas que ya no les
llega, que sus gustos han cambiado en este tiempo y no consiguen
disfrutar escenas que estaban instaladas en el territorio mítico de
las grandes lecturas. No ha ocurrido así con la obra de
Nick Hornby, aunque los enormes cambios (a peor)
que ha sufrido la industria musical en este tiempo
provocan que su lectura tenga ahora mucho más de arqueológica o
nostálgica que de contemporaneidad. ¿Por qué ocurre esto? Porque el
libro de este británico nacido en 1957 tiene como
protagonista al dueño de una muy bohemia
tienda de discos, uno de esos paraísos del vinilo que han
ido desapareciendo paulatinamente, arrinconadas por el empuje de lo
digital. La pasión musical que podamos conservar es bien distinta
en la era de Spotify, y eso hace que esa veneración
magnífica que el protagonista siente hacia el disco como objeto y
la música como religión del pop se vean bien distintas en
2019. Revisitada tantos años después, cada página de la novela se
vive con una nostalgia terrible, que casi hará
llorar a los melómanos que ya están por encima de los cuarenta
años.
Publicada en 1995, quizá no haga falta recordar que el libro que
ahora reedita Anagrama en la celebración
de sus 50 años de existencia fue todo un mito
generacional para aquellos que ahora pasan de los cuarenta
y que disfrutaron de ese mundo inolvidable para la música
rock de los 80 y 90. Esta época fue además el esplendor de
una industria musical que ahora ha quedado reducida a un papel
irrelevante (y casi invisible) por la piratería y la
superaccesibilidad de lo digital. La novela fue aún más catapultada
al éxito porque conoció una adaptación al cine
notable (una de las pocas películas sobre música que se salvan,
pues la media de calidad de estas cintas suele ser francamente
baja) dirigida por Stephen Frears y
protagonizada por un John Cusack
inolvidable.
El título de «Alta fidelidad» tiene un doble
sentido muy querido por los seguidores de la obra: por una parte la
reconocida certificación de la calidad de un disco o reproductor,
lo que ya promete que va a ser un libro en el que la música contará
tanto o más que la historia principal, y también la fidelidad
entendida en el contexto amoroso, porque la novela es
también reseña biográfico/amorosa del protagonista, que a
lo largo de la novela nos desvelará con humor y
chispa un pequeño catálogo de desastres
amorosos. Muchos de los que éramos jóvenes en los años 90
queríamos ser Rob Fleming, fuimos Rob Fleming, vivimos esa
vida de rock y vaivenes sentimentales, fuimos
parte de la magia de una generación que no conoció una guerra ni
grandes escaseces y pudo dedicar mucho tiempo al ocio. Y en esa
época el rock era una ventana dorada al mundo, y este libro una
biblia para entenderlo mejor.
Aunque la producción posterior de Nick Hornby ha vuelto a tener títulos
atractivos y de mérito («Juliet, desnuda«,
«Cómo ser buenos»), nunca ha vuelto a alcanzar la
genialidad de este «Alta fidelidad» memorable,
diferencial, hito de la literatura cool
al que merece la pena volver, pues no les engaño cuando les aseguro
que ha envejecido francamente bien.
Autor: Rafael Ruiz Pleguezuelos
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