Paolo Gasparini: Rostros y ‘Golpes’ en Venezuela

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“El fotógrafo dirige su cámara hacia el mundo real para registrar su autenticidad. Al mismo tiempo, busca la forma para organizar de manera eficiente su material. La forma y el contenido están interrelacionadas. Los problemas presentados por el contenido y la forma deben ser resueltos respetando la realidad que vemos. El problema principal es encontrar una forma que represente adecuadamente la realidad”.

Paul Stran

Carmen Araujo Arte presentó entre el 18 de octubre y el 19 de diciembre la exposición Rostros y ‘golpes’ en Venezuela, de Paolo Gasparini, una completa travesía por seis décadas de trabajo de este importante fotógrafo cuyo devenir como artista ha estado marcado tanto por su compromiso social y la fuerza documental de sus imágenes, como por la expresividad de sus composiciones y su uso del blanco y negro, en una inmensamente rica gama de valores tonales.

Una exposición, a la vez, temática y retrospectiva, en la que a partir del recorrido por un nutrido grupo de sus imágenes emblemáticas se puede reconocer su profunda preocupación por comprender y hacer visible las diversas formas cómo los excesos del poder en la Venezuela contemporánea se han traducido en una realidad dolorosa, compleja y precaria. En tanto que exposición temática, esta muestra da cuerpo en piezas y series definidas bajo los conceptos fundamentales con los que Gasparini ha trabajado a lo largo de su extensa carrera fotográfica.

El título Rostros y ‘golpes’ en Venezuela se refiere, en primera instancia, a la exposición realizada por Paolo Gasparini en el Museo de Bellas Artes, en el año 1961. En Carmen Araujo, esa exposición es “revisitada” y ampliada, con la incorporación de algunas imágenes de Bobare (1959), el primer reportaje de denuncia social elaborado en Venezuela, en el que se muestran las miserables condiciones de vida, así como los deseos y requerimientos del “pueblo más pobre, más abandonado, más miserable del estado Lara”.

Con motivo de la exposición, la publicación Bobare, que circuló como encarte de la Revista Cruz del Sur No. 47-48, ha sido reeditada por la Galería Carmen Araujo Arte en un formato tabloide con diseño de Ricardo Báez. Un fotolibro, un reportaje fotográfico, especialmente importante tanto porque las imágenes como los textos son obra de Paolo Gasparini, como porque en él se elabora una visión global de esa comunidad olvidada. Este reportaje está estructurado a partir de la articulación de unas imágenes y unos textos que funcionan casi especularmente, y que permiten tener una dramática visión de las adversas y precarias condiciones de ese pueblo venezolano.

La pieza central de la exposición es un fotomural de cinco metros llamado Caracas cinética, Maracaibo Technicolor, Gonzalo y las mujeres, un montaje que vincula y relaciona diversos momentos de la cultura nacional, muestra el país petrolero, la belleza de sus mujeres y una sociedad banalizada que se sumerge en el dominio del espectáculo. Una obra de enorme impacto visual y significado social, que captura la energía y el movimiento de nuestras ciudades, una expresión viva en la que se interrelacionan múltiples capas de significado.

Esta pieza está acompañada de un conjunto de imágenes denominado 4ta. República, que abarca fotografías realizadas desde 1970 hasta el 2000, acompañadas de algunas imágenes que hacen crítica del presente. Todas estas series de fotografías interrogan acerca de las complejas y difíciles relaciones entre democracia y poder en Venezuela. Gasparini afirma que el decir que dirige su labor fotográfica es hacer visible que “siempre y en todas partes, los hombres y las cosas están signados por el dolor que viene de las ofensas del poder”.

Tanto en el fotomural como en la serie que lo acompaña se muestra una realidad contradictoria, compleja e inestable, expuesta en la agitación del encuentro permanente entre una modernidad incipiente y la persistencia de formas de vida rurales, entre símbolos religiosos y situaciones caóticas, entre los carteles y la basura, entre la ciudad y sus descampados. En efecto, en estas imágenes se contrastan realidades, se muestra el reverso y lo oculto de una realidad donde los anacronismos y las contradicciones se hacen imposibles de evadir.

Las imágenes de Paolo Gasparini reciben su particular modo de ser de las preguntas e inquietudes que suscitan con respecto a los efectos del poder, con respecto a la importancia y la significación que poseen, en Latinoamérica y en Venezuela, la pobreza y las precarias condiciones de vida de muchos de sus habitantes, con respecto al eclecticismo y las contradicciones que permean los espacios comunes y la vida pública, con respecto a la fragilidad de las estructuras políticas y sociales.

En efecto, las fotografías de Gasparini, cuya fuerza expresiva y su maestría formal apremian la participación de los espectadores, interpelan, cuestionan y ponen en evidencia la inestabilidad de las estructuras sociales y de poder, así como la fragilidad de la existencia humana. Todas las relaciones que se establecen en la exposición destacan la capacidad de Gasparini para combinar el análisis con la creación de la que resulta una imagen fotográfica poderosa.

Autor: Sandra Pinardi

Leer más en: http://artishockrevista.com/2020/01/03/paolo-gasparini-rostros-y-golpes-en-venezuela/

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