Las cosas nos son planas, la realidad es poliédrica. Cuando nos preguntamos cómo es la sociedad donde vivimos, nombramos el mundo, y esta forma de entender nuestra realidad está atravesada por una ideología que conforma nuestra forma de habitar ese mundo.
El pintor y fotógrafo barcelonés Connor Addison contextualiza su última serie de pinturas al óleo en el marco teórico del filósofo Edmund Burke. Esa noción se basa en la idea de que «lo que sea terrible o funcione de manera análoga al terror, es una fuente de lo sublime; es decir, es productivo de la emoción más fuerte que la mente es capaz de sentir «.
Sublime Affliction, así se llama la serie,nos acerca a un mundo de aristas y de belleza. Un mundo que pendula alrededor de una o dos personas tumbadas o sentadas, configuradas gracias a formas geométricas y sombreadas.
«Hermano y Sally» incluso expresa el vínculo entre las especies, retratando a un hombre que se aferra a su perro dormido.
Empleando rojos y azules apagados, las pinturas angulares del artista exploran las emociones humanas inspiradas en el arte, el amor y las relaciones. «La sublimidad proviene de algún lugar más allá, o más profundo que la sensación inmediata; no se puede visualizar literalmente», dice sobre el proyecto. «Por lo tanto, las figuras de la serie Sublime Affliction interactúan con entidades misteriosas dominantes, fuentes de poder sublime, miedo y ansiedad».
El gran acierto de Burke consiste en atribuir fuentes diversas a las sensaciones de lo bello y de lo sublime. A partir de allí, deriva los efectos de cada uno de estos sentimientos estéticos. En otras palabras, separa el ámbito objeto-sujeto, tanto para el caso de lo bello como para el de lo sublime. Partiendo de esta base teórica, Adisson da rienda a su mente para dejar volar sus manos sobre el lienzo. El resultado es una trabajo que traspasa nuestra epidermis en tan solo unos segundos.
«Todo lo que resulta adecuado para excitar las ideas de dolor y peligro, es decir, todo lo que es de algún modo terrible, o se relaciona con objetos terribles, o actúa de manera análoga al terror, es una fuente de lo sublime; esto es, produce la emoción más fuerte que la mente es capaz de sentir.»
– Edmund Burke
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