Koko Che Jota se llama en realidad Carolina Häfner Jiménez y ya pintaba acogedoras habitaciones en las que pasar los días antes siquiera de que hubiéramos escuchado hablar del coronavirus.
Como tantos otros, su nombre es por una de las primeras cosas que le hemos preguntado. Así averiguamos que es un juego entre las iniciales de su nombre real (Carolina Hafner Jimenez) y que probablemente también tenga que ver que cuando empezó a pintar marcaba con un OK las obras que más le gustaban y con un OKOK las que le gustaban mucho.
Koko pinta para transmitir sosiego a aquellos que ven sus cuadros: «Vivimos en un mundo muy revuelto, que nos empuja a vivir como pollos sin cabeza. La vida vuela, nuestros días están llenos de momentos estresantes, la hipoteca, las facturas… todo el mundo va corriendo, mirando al suelo o la pantalla del móvil, de alguna manera es como si no estuviéramos siendo del todo nosotros mismos. Es complicado no dejarse llevar por la inercia y es una responsabilidad personal no caer en esta misma trampa», nos cuenta la artista.
De ahí sus recreaciones de espacios tranquilos, en los que poder encontrarnos, crear lugares inspiradores, pensar tranquilamente, meditar nuestras decisiones, saborear la vida y lo bello de las cosas que nos rodean. «Me gusta lo sencillo. ¡Busco transmitir un mensaje sanador! Me gusta pensar que alguien pueda plantearse dar cierto equilibrio a su día a día mientras contempla uno de mis cuadros, o simplemente transmitir ese sentimiento aunque solo sea por un instante», confiesa Che Jota.
Y vaya si lo consigue, porque precisamente sencillez y tranquilidad son las emociones que nos regalan las pinturas de Koko, en las que habitualmente aparecen serenas mujeres disfrutando de la soledad y del mero hecho de estar, sin tener nada que demostrar.
Granadina de nacimiento, esta artista plástica, pero multidisciplinar, estudió arquitectura en Alemania, donde se fue a vivir con sus padres, que volvieron al país tras la caída del muro. Sevilla es en la actualidad su lugar de residencia.
Belleza eterna, aura común, Koko Che Jota libra sus batallas desde dentro, desde la calma. Sus luminosas y tranquilas habitaciones mezclan imaginación con recuerdos de las casas en las que fue feliz: aquellas en las que se crió, hogares de amigos o familiares…
«Reutilizo detalles que forman parte de mi vida o estuvieron ahí en algún momento, los recupero e incorporo formando un lugar con partes de muchas otras partes, para acabar creando un nuevo espacio hecho de recuerdos, detalles, de cosas que me me gustan en definitiva y que voy encontrando por ahí», comparte con nosotros.
Sus rutinas no han cambiado demasiado con la pandemia, pues ya trabajaba y pintaba en casa todos los días —¡ahora estoy pintando todavía mas si cabe!— pero es consciente de lo que esta crisis está suponiendo para el mundo de la cultura.
«Siento cierta responsabilidad como artista y quiero ofrecer algo a la gente cuando todo esto acabe. Necesitamos la cultura y la necesitamos sana y en plena forma. Siempre que es necesario hacer recortes económicos es por donde se suele empezar, pero sin cultura perdemos nuestra identidad y el valor como pueblo y como personas. La cultura hace desarrollar en nosotros el sentido de pertenencia, algo fundamental para cuidar y mantener todo lo que amamos y todo lo que queremos.
Es responsabilidad de todos hacer del nuestro un mundo mas bonito, un mundo mejor. Pienso que este maldito virus tiene un relación directa con el cambio climático, los animales y el hombre cada vez están mas cerca. La nuestra es la civilización de los combustibles fósiles y hasta que no cambiemos esto no podremos tener un futuro brillante por delante», explica Koko.
Todo esto ha afectado a su creatividad de forma muy positiva, «hay mucho que pensar, mucho que contar y mucho que pintar» y por eso ha empezado un proyecto nuevo llamado «UNDER THE SKY», que podéis encontrar en nuestra Shop. Inspirado en el día que salgamos todos a las calles, el día en el que inundaremos los bares, los cines, los parques y las plazas y dejemos nuestras casas vacías. Una serie nueva que acompaña con un diario y que le ha ayudado a sintetizar y dar salida a todo lo que está pasando con la ilusión de estar creando algo nuevo.
Acabamos la entrevista con algunas recomendaciones que con su gusto delicado y elegante, son acierto seguro:
«Estoy flipando repasando la filmografía de Tarantino. Es un artista. En cuanto a lo musical, en casa escuchamos de todo, últimamente no podemos dejar de oír a Tony Allen. Un disco colosal de jazz que recomiendo escuchar es el «Giant Steps» de Jonh Coltrane. «Drive anywhere» de Tomy Guerrero es un disco que cuanto más lo escuchas más te gusta.
De electrónica cualquier disco de Ricardo Villalobos, por nombrar alguno «Everywhere you go» es una preciosidad. Con Señor Coconut siempre te lo pasas bien. Otro de los discos que más estoy escuchado estos días es el «Introducing» de Ruben González que es una maravilla. Quincy Jones suena mucho también en casa y el «Nocturne» de Chopin y «La Novena» de Beethoven también lo solemos usar. También me gusta mucho «The Magic Whip» de Blur, el «V» de J.J. Calle y un grupo bestial es Nu Guinea y su último trabajo, «Nouva Napoli», es una maravilla.
No me pierdo ni un programa de Carne Cruda, lo mejor de la radio a mi parecer.
Para leer en estos tiempos tan raros, algo con lo que troncharte es «La conjura de los necios» de John Kennedy Tooke, un libro con una historia a la altura de su protagonista, muy quijotesco y «El grenn new deal goval» de Jeremy Rofkin es un libro descomunal para entender el futuro que nos viene con cierto optimismo. Pero si tuviera que elegir una única recomendación sería la de incluir en tu vida a un perrito, son adorables».
Gracias Koko por crear tus sosegados y bellos oasis en los que mantener la calma para volver a superarnos y seguir adelante las veces que hagan falta.
Koko Che Jota: Instagram